sábado, 26 de diciembre de 2009

El miedo que produce Cambiar

Es increíble el miedo que produce cambiar. Claro, nos educaron con el criterio de que la estabilidad era sinónimo de madurez y de equilibrio. Quien cambia es 'inestable', inmaduro, todavía no ha crecido, porque el ideal de vida para la sociedad, es un mundo quieto. Vivir en el mismo barrio, habitar la misma casa, permanecer en el mismo colegio, tener la misma pareja, 'durar' en el mismo trabajo, escoger carrera 'para toda la vida', amarrarse a la misma ciudad y al mismo país... todos sinónimos de estabilidad. Ni qué decir de las ideas o de las creencias. Hay que tener los mismos valores, los mismos criterios, la misma mentalidad. Atreverse a innovar es como una 'locura' y es más importante permanecer que arriesgar. Nuestra sociedad valora lo estático, que 'no produce desorden', antes de romper esquemas y arriesgarse a que la vida sea diferente.

El criterio más elemental para cambiar, el más simple si se quiere, es que lo que hemos vivido, lo que hemos estudiado, lo que nos ha acompañado, donde hemos permanecido, no nos ha producido ni la paz ni la armonía esperadas.

¿Qué escoger? Arriesgarse o permanecer, he allí las alternativas.

Aclarando que muchas de las cosas que esperamos afuera no se encuentran 'afuera'. En más de una situación el cambio exterior no produce los resultados que anhelamos porque los problemas no son tan sólo geográficos, o de ambiente, o de la persona que nos acompaña, o de la ciudad o del país en el que habitamos.

Debo cambiar y arriesgarme, pero también debo manejar internamente la flexibilidad para no apegarme, para fluir, para atreverme. Es el famoso equilibrio: cambiar pero no desbordarse. Cambiar pero no precipitarse o indigestarse queriendo asumirlo todo a la vez. Ningún cambio duradero es rápido o instantáneo. Los cambios necesitan cocción. En el cambio no hay horno microondas sino fogón de leña. Porque, así sea impactante, lo que permanece quieto es porque está muerto. Lo único que no acepta cambio es la muerte. Sorprende cómo los seres humanos dicen tanto de su personalidad a través de su necesidad o resistencia a los cambios.

Hay personas 'muertas' en vida que no se atreven a cambiar ni siquiera la ruta hacia el trabajo, ni lo que comen, ni se arriesgan a vestirse diferente, a mover los muebles de la casa, o a pasar un fin de semana de otra manera. Por eso cuando no se acepta, la resistencia al cambio se convierte en enfermedad.

A las buenas o a las malas, el mundo se mueve y el cambio no consulta. ¡Simplemente se da! O me subo al carrito del cambio o el cambio me atropella.

Autor Desconocido

MI VIDA ERA SOLO VIDA

Mi vida era triste, mi vida era vacía, no había emociones, amores ni pasiones, mi vida era sólo vida, yo no vivía mi vida. Era tan sólo vida vivida, porque era vida.

Mi vida con sus problemas, mi vida con sus vivencias, así transcurría mi vida, y sólo la vivía día tras día, sin Fe ni esperanza, y siempre andaba ciego por la vida.


Hasta que vino a mi vida aquel que nos dio la vida. Él me enseñó a amar, sacó las vendas de mis ojos. Él me enseñó cómo vivir la vida y me mostró todo lo que Él nos había regalado en esta vida; la naturaleza, el mar, el amor...
Y así empecé a disfrutar la vida, desde una hoja caída en el otoño, hasta un capullo recién brotado en una linda primavera. Desde una gota de lluvia caída en un invierno crudo, hasta la rosa ya crecida en un caluroso verano.
Ahora vivo yo la vida, no es simplemente vida, vive Dios en mi vida, y yo vivo en Dios, que es Vida.
Padre Ignacio Larrañaga

sábado, 14 de noviembre de 2009

Prosperidad, ¿qué es?

Desde hace tiempo tengo claro lo que NO es Prosperidad y sin embargo lo parece. No es prosperidad GANAR mucho dinero, tampoco GASTAR muy poco dinero, mucho menos tener unos AHORROS crecientes y considerables y ni tan siquiera INVERTIR bien nuestro excedente monetario, cualquiera puede decir lo contrario, pero la PROSPERIDAD es un sentimiento personal e individual, reforzado por un conjunto de creencias que nos permite decir de nosotros mismos: "YO SOY PROSPERO".

El sentimiento es el siguiente: "haga lo que haga, pase lo que pase, Yo siempre tengo suficiente cantidad de cualquier cosa que Yo desee". Esto es consecuencia del conocimiento exacto de donde estoy, que se hacer y que hago, cuanto gano con ello, cuanto gasto y ahorro y si además tengo algo para invertir o donar a terceros.

Si, yo me veo donde estoy, y en esa posición me encuentro confortable, mi actividad profesional me gusta y me remunera lo suficiente, tengo tiempo y se lo dedico a mi familia y a mi mismo, a estudiar nuevos temas para mi mejoramiento personal, tengo espacio para cultivar y desarrollar mi espiritualidad y además ayudo a otros más necesitados con donaciones de tiempo o dinero y no intento igualar mi situación a ningún estereotipo de lujo desmesurado, demostrable con grandes casas, veloces coches, gastos suntuarios, estrés, miedo a perder lo conseguido,… entonces si Yo me veo así, puedo decir que: "YO SOY PROSPERO". Felipe Herranz

sábado, 7 de noviembre de 2009

La Gran Sabiduría Tolteca

“Existe en el universo una fuerza inmensurable e indescriptible que los brujos llaman “Intento” y absolutamente todo cuanto existe en el cosmos está enlazado, ligado a esa fuerza por un vínculo de conexión. Por ello, el total interés de los brujos es delinear, entender y utilizar tal vínculo, especialmente limpiarlo de los efectos nocivos de las preocupaciones de la vida cotidiana. A este nivel, la brujería podría definirse como el proceso de limpiar nuestro vínculo con el intento.”

De “El Conocimiento Silencioso” por Carlos Castaneda

Del Intento

De los pocos sobrevivientes de la Toltequidad (de los Indios Toltecas), tal vez el linaje más conocido es el que describe Carlos Castaneda en sus libros: El de su benefactor, don Juan Matus, brujo Yaqui Mexicano, compuesto de 15 generaciones de nuevos videntes -como se hacen llamar para diferenciarse de los antiguos Toltecas, descubridores de su conocimiento, y que existieron, según el mismo don Juan, hace aproximadamente 12.000 años-.
Los nuevos videntes llaman a su enseñanza en general “La Maestría de la Conciencia” o “La Maestría del estar Consciente de Ser” y tiene como objetivo entrenar el grado de percepción y conciencia de sus practicantes a límites verdaderamente insospechados por la cultura occidental moderna. Estos nuevos videntes dividen la impartición de su conocimiento en tres grandes áreas: “La Maestría del Acecho”, “La Maestría del Ensueño” y “La Maestría del Intento”.
De las tres maestrías, la que más esfuerzo requiere de sus participantes es la del Intento, pero curiosamente no es por su grado de sofisticación, que por supuesto lo tiene, sino por la dificultad que los practicantes tienen para aceptar que existe un poder en su interior que está al alcance de su mano. Pero entonces ¿a qué, exactamente, llaman “Intento” los nuevos Toltecas?

Antes de entrar de lleno a esta definición, y al ser la palabra Intento una palabra utilizada regularmente en la actualidad, me despierta la curiosidad saber cuál es la definición del diccionario de la Real Academia de la lengua Española para este término. He aquí lo que encontré:

Intento, ta. (Del lat. intentus).
1. adj. ant. atento.
2. m. Propósito, intención, designio.
3. m. Cosa intentada.
4. loc. adv. de propósito.
Intención. (Del lat. intent?o, -?nis).
f. Determinación de la voluntad en orden a un fin.

Al leer estas definiciones no me sorprende ver incluidos -muy someramente- dos términos que los Toltecas ya acuñaban, y que por sí mismos evocan dos fuerzas internas que todos, en menor o mayor medida conocemos: La Atención y La Voluntad. Hace tiempo escribí la definición que don Juan Matus diera a Castaneda acerca del Intento en el libro “El Conocimiento Silencioso”. Quisiera agregar que en “El Fuego Interno” se cita también lo siguiente: “El Intento es una fuerza que se encuentra presente en todo lo que existe. Los antiguos videntes jamás se propusieron desentrañar el misterio de la fuerza que los hizo crear sus prácticas secretas; simplemente lo aceptaron como algo sagrado. Pero los nuevos videntes lo observaron de cerca y lo llamaron voluntad, la voluntad de las emanaciones del Águila, o el Intento.” y Una cita más del mismo libro: “La llamaron Intento y la describieron como guiar la voluntad, o guiar intencionalmente la energía del alineamiento”.

Ya salieron términos raros. Las “emanaciones del Águila”, la “energía del alineamiento”. En palabras sencillas, y siempre recordando que estamos hablando del acto de “percibir el universo” o de estar “conscientes de ser”, los Toltecas sabían, en base a miles de años de práctica, lo que la física cuántica está descubriendo ahora: El universo material no existe como tal. No-hay-tal-materia.

La respuesta es el descubrimiento que, tanto los físicos modernos en la actualidad, como los Toltecas antiguos, cada uno por diferentes caminos y en diferentes niveles, hicieron en su momento: La Materia no es tan sólida como creemos que es. De hecho, el universo entero no es como creemos que es. Me explico: En su propia terminología, los Toltecas sabían que la materia, antes de ser materia, es energía. También sabían que la “materia” es tan sólo una interpretación sensorial de esa energía que emana de una fuente infinita e inagotable a través del universo en forma de “filamentos de energía”, fuente a la que llamaron simplemente “El Águila” -incluso creo yo que de ahí todo simbolismo de esta magnífica ave en casi todas las culturas precolombinas-. Esta energía, por decirlo de alguna manera, es una energía creadora, y es a través de esa infinita continuidad y fluidez que proporciona las condiciones para que la vida se renueve a cada instante. Es la energía de la que surgen todas las cosas, todos los mundos, materiales y espirituales, orgánicos e inorgánicos.
Los Toltecas llamaron a esa fuerza creativa simplemente como “La Voluntad del Águila” o “El Intento”, por la imperativa orden que los seres conscientes tienen de crear con ella el mundo en el que viven.
Por otro lado, los físicos cuánticos modernos están hoy día verdaderamente consternados por la forma en que la materia se comporta a niveles subatómicos. Nuestros científicos han descubierto que la materia está compuesta por 99.99% de ¡espacio vacío! De nada, de aire, llámenlo como quieran. Pero lo verdaderamente increíble ocurre en ese otro 0.01% de “materia restante”, ya que, al parecer, !sólo está ahí cuando alguien la mira! Dicho de otra manera: Sólo cuando alguien pone su “atención” en esas micro partículas -llamadas Quarks- éstas se “materializan”. Mientras nadie ponga su atención en ella, esta partícula, por decirlo de alguna manera, “no está ahí”. NO EXISTE EN ESE LUGAR.

Aunque tal vez es más correcto considerarlo de la otra forma: La misma partícula puede estar en cualquier lugar, o mejor dicho aún, está en TODOS al mismo tiempo y solamente toma su lugar “espacio-tiempo” en el universo material cuando alguien se voltea a ver. Cuando alguien le presta su “atención“.
Deepak Chopra dice: “La física cuántica no es sólo extraña, es aún más extraña de lo que podemos llegar a imaginar.”

El físico Max Planck, uno de los físicos y mentes más brillantes del siglo XX (considerado junto con Einstein el padre de la Mecánica Cuántica) lo planteó de la siguiente manera, al recibir el premio nobel de física por su descubrimiento de la naturaleza cuantizada de la energía:
“Como un hombre que ha dedicado toda su vida a la ciencia más clara, el estudio de la materia, les puedo decir, como resultado de mi investigación de los átomos, lo siguiente: No existe materia alguna. Toda materia se origina y existe sólo en virtud de una fuerza que lleva a las partículas de un átomo a vibrar y mantiene unido este diminuto sistema solar. Debemos asumir que detrás de esta fuerza existe una mente consciente e inteligente. Esta mente es la matriz de toda materia.”

Esa mente creadora, como la llamó Max Plank, es el Águila de los Toltecas, y esa fuerza que permite la unión de ese diminuto sistema solar es el Intento. Los antiguos Toltecas, aunque no entendían muy bien esta fuerza creadora, sí entendieron dos cosas: Uno, que absolutamente todo en el universo proviene y está ligado a ella, y dos, que el ser humano, al estar ligado a ella, puede aprender, no sólo a controlarla sino a manipularla a voluntad.
¿Manipularla para qué?, podría ser la siguiente pregunta, y la respuesta es tan amplia como los deseos que quieras cumplir: Para cualquier cosa que desees. Cualquier experiencia que quieras.

Es una fuerza creadora, ¿recuerdas? Qué deseas? ¿Riquezas?, el Intento te las dará. ¿Poder?, el Intento te lo dará. ¿Salud, bienestar, armonía, abundancia, sabiduría? el Intento te los dará. El Intento moverá las piezas universales necesarias y te proporcionará lo que le pidas. Recuerda que ya estás conectado a él. De hecho todo lo que ahora tienes, tu vida, tu salud, tu situación económica es producto de tu interacción con el Intento.
Qué tan rápido se manifieste lo que pidas dependerá únicamente de qué tan limpio esté tu vínculo con esa fuerza creadora.

A la gente común le llevará un tiempo materializar sus deseos. A los maestros de inmediato.
Sólo recordemos algo que los nuevos videntes saben acerca del poder del Intento: Este poder sólo incrementará el carácter y la naturaleza de quien lo posea. Si eres una persona violenta, mezquina o ligera, el poder lo único que hará será potenciar esa violencia, esa mezquindad y esa ligereza. En cambio, si eres una persona templada, sabia y bondadosa, el poder incrementará esas cualidades. Por tanto, es indispensable templar el carácter de los aprendices en base a un estricto código de conductas, destinadas no sólo a limpiar el vínculo de conexión con el Intento, sino a implantar la necesidad de emplear esos conocimientos para la búsqueda de un fin ulterior, llamado la búsqueda de la libertad total, en vez del engrandecimiento personal material producto del ego.
Ese camino se ha llamado por milenios el “Camino del Guerrero” y a los que se atreven a transitarlo se les conoce como Guerreros, por la implacable lucha que día a día deben librar por convertirse en seres iluminados. J. Carlos Fernández

miércoles, 21 de octubre de 2009

Claudio María Domínguez en Santa Rosa, Entradas en Venta

  • Cómo generar Amor, Humor, Salud y Abundancia cada día de nuestra Vida
  • Cómo eliminar la ira y el pasado antes de que ellos nos eliminen a nosotros

Día: sábado 21 de NOVIEMBRE de 2009
Hora: 17:00

Lugar: Escuela Especial Nº 1 de Irregulares Motores (1º de Mayo y Antártida Argentina)

Valor Entrada $50.- + 1 alimento no perecedero destinado a: Fundación María Magdalena

Venta de Entradas Anticipadas - Vacantes limitadas

Contacto:

Natacha Echeveste: natacha330@hotmail.com 02954-15 321550
Mayca Rivero : maycarivero@yahoo.com.ar 02954-15 515028

Reflejo de la Vida

Reflejo de la Vida

Cuento Sufi

Había una vez un anciano que pasaba los días sentado junto a un pozo a la entrada del pueblo.
Un día, un joven se le acercó y le preguntó:
- Yo nunca he venido por estos lugares...
¿Cómo son los habitantes de esta ciudad?
El anciano le respondió con otra pregunta:
- Cómo eran los habitantes de la ciudad de la que vienes?
- Egoístas y malvados, por eso me he sentido contento de haber salido de allá.
- Así son los habitantes de esta ciudad, le respondió el anciano.
Un poco después, otro joven se acercó al anciano y le hizo la misma pregunta:
- Voy llegando a este lugar. ¿Cómo son los habitantes de esta ciudad?
El anciano, de nuevo, le contestó con la misma pregunta:
- Cómo eran los habitantes de la ciudad de la que vienes?
- Eran buenos, generosos, hospitalarios, honestos, trabajadores. Tenía tantos amigos que
me ha costado mucho separarme de ellos.
- También los habitantes de esta ciudad son así, respondió el anciano.
Un hombre que había llevado a sus animales a tomar agua al pozo y que había escuchado
la conversación, en cuanto el joven se alejó le dijo al anciano:
- ¿Cómo puedes dar dos respuestas completamente diferentes a
la misma pregunta hecha por dos personas?
- Mira
- le respondió, cada uno lleva el universo en su corazón.
Quien no ha encontrado nada bueno en su pasado, tampoco lo encontrará aquí.
En cambio, aquel que tenía amigos en su ciudad, encontrará también aquí amigos leales y fieles.
Porque las personas son lo que encuentran en sí mismas. Encuentran siempre lo que esperan encontrar.
Todo lo bueno y lo bello de la vida que necesitas lo llevas dentro de ti. Simplemente déjalo salir

domingo, 13 de septiembre de 2009

Se atrae lo que se teme

Como las cosas que más amamos y las que más tememos tienden a ocupar nuestros pensamientos, gran parte del tiempo atraemos justamente esas cosas.

¿Alguna vez has echado a perder completamente una nueva camisa la primera vez que te la pusiste? Y justo cuando pensabas... - No quiero ensuciar esta camisa nueva tan bonita - tu birome empezaba a chorrear tinta dentro del bolsillo superior....

¿Cuántas veces alguien dice: "En los siete años que tuve el Citroen no le hice ni un rasguño. Y en cuanto me entregaron mi automóvil nuevo, me empezaron a chocar"

Me contaba un amigo que cierta dama sufrió cinco accidentes en siete años. Al final, se dio cuenta de que había albergado temores a tal extremo, que atrajo lo que deseaba evitar.

Incluso si pensamos: "No quiero que pase equis cosa" gravitaremos justamente hacia eso.

Nuestra mente no puede desplazarse en sentido negativo con respecto a las cosas; no puede más que moverse hacia ellas.

Ello explica por qué de niño, cuando entrabas a escondidas a la cocina, tomabas un montón de galletítas y salías con todo sigilo... !te pescaban! De pronto aparecía tu padre de la nada. Tu pensamiento dominante era " voy a agarrar unas galletas y espero que no me descubran, porque me iría muy mal" ! y te atrapaban!

Puede haberte sucedido que al salir con tu nueva pareja pensaras " Que pena si de pronto apareciera mi ex novia" No hace falta decir lo que pasó.

¿Alguna vez se te ha ocurrido pensar, en vísperas de un evento especial o de una fiesta: "Espero no enfermarme porque esto no me lo quiero perder"? Y al final resultó que te enfermaste y te lo perdiste. ¿No es cierto?

Es fascinante como opera la energia de tu mente.

Recientemente en una revista se publicó un artículo acerca de un habitante de Nueva York, de nombre Pete Torres, quien había sufrido quince asaltos en dos años. Sobra decir que no se trata de un récord envidiable.. .

Aunque Pete afirma que él no hace nada para propiciar esos ataques, de hecho contribuye a atraer sus desgracias. Su pasión son las películas de horror. Todo su tiempo libre lo dedica a saturarse de apuñalamientos, asaltos y robos. Impregna su mente de historias de terror – evidentemente le gusta asustarse – y después se pregunta porqué la vida en las calles de Nueva York es una interminable historia de horror.

Este mismo principio se manifiesta en la pobreza y la mala salud. Si no paramos de comentar, pensar y leer acera de "cosas malas", gravitaremos subconscientemente – o aun conscientemente – hacia ellas.

La gente exitosa se desplaza hacia el éxito, hablando y pensando de éxito. Los fracasados tratan de escapar del fracaso hablando y pensando en fracasos. El más importante principio mental que puede transformar a los perdedores en triunfadores es "concentrarse en lo que uno quiere" y dejar de pensar en lo que uno “no quiere”.

Sería absurdo ir a la tienda de la esquina y decir al dependiente " No quiero leche, no quiero mantequilla y no quiero queso" y suponer que regresaremos a casa con la misión cumplida. Buno pues así vivimos centrando nuestra atención (y poder) en lo que NO queremos.

El Universo no escuha la palabra “NO”, así es que cuando piense no quiero un coche viejo; quitele el No al mensaje que usted emite y entonces queda centrado y focalizado en el coche viejo.

Sin embargo la mayoría de la gentes se tambalea por la vida, quejándose de lo que carece y hablando de lo que quiere evitar. Pareciera en ocasiones concurso de a quién le han pasado las peores cosas, ó si le cuentan a usted una desgracia, de inmediato lo relaciona a fulanito que le sucedió algo peor. Ese es un callejón sin salida. Tenemos que concentrarnos en lo que queremos

Al abordar en este tema descubrimos el principio llamado "miedo a las perdidas". Cuando tememos perder algo, nos colocamos en posición de perderlo. Esto se aplica a esposos, novias, carteras , raquetas, tenis y autoestereos.

De cuando en cuando nos enteramos en los diarios de personas que frecuentemente sufren asaltos en sus domicilios. A pesar de cerrojos, sistemas de alarma, cadenas y dobermans sus casas parecen estar abiertas de par en par para los ladrones.

Estas leyes obran con el mismo poder en nuestras relaciones amorosas. Cuando tememos perder el amor de alguien, de inmediato nos ponemos en peligro de perderlo. Sin duda, aquí la moraleja es: Concéntrate en lo que tienes y disfrútalo. No pienses en perder lo que posees."

Enfoca tu atención en lo que deseas. Si dejas que tus temores te obsesionen, estos te abrumarán. En realidad, el principio de atraer lo que se teme es hermoso. Implica el reto de enfrentar nuestro miedos y , mediante ello, superarnos. ¿Cómo podremos evolucionar si las cosas que tememos se alejan de nosotros?

¿Cómo desarrollarnos si nunca enfrentamos lo que nos atemoriza?

En cuanto el temor de perder algo, las leyes universales nos instan a mantenernos firmes.

Si pensamos que cierta pérdida nos arruina la vida, y nos obsesionamos con esa idea, ¡quizá las leyes universales nos demuestren que podemos vivir perfectamente sin aquello que tanto tememos perder!

Si consideras que la vida no tiene sentido sin tu automóvil último modelo, probablemente tendrás que experimentar lo que se siente vivir sin él. Si tu actitud es : "Disfruto mi auto, pero puedo ser igualmente feliz sin él" es de esperarse que lo conservarás todo el tiempo que deseas. Las circunstancias nos ayudan a aprender y a fortalecernos.

Debemos disfrutar lo que tenemos y vivir el presente. Temer pérdidas no es vivir en el presente. Tener pérdidas es vivir en el futuro.

LOS TEMORES DESAPARECEN AL ENFRENTARLOS

Otro principio fascinante es que cuando finalmente desarrollamos el valor necesario para enfrentar un problema, con frecuencia , éste desaparece.

En cuanto hacemos acopio de valor para realizar una difícil llamada telefónica, suele suceder que, de pronto, desaparece la necesidad de hacerla.

Sufrimos semanas enteras pensando que tenemos que despedir a la secretaria, y cuando finalmente se lo comunicamos, ¡resulta que ella estaba ansiosa por irse! Naturalmente, las cosas no siempre se presentan de esta manera, y en ocasiones es necesario enfrentar la situación con todas sus consecuencias.

Seguramente, alguna vez te has visto en la necesidad de hacer algo que te pareciera difícil o particularmente bochornoso. Sin embargo, al momento de llevarlo a cabo advertiste que no era ni la mitad de terrible que habías pensado.

¿Cuántas veces has notado que pensar en alguna actividad es mucho más doloroso que realmente llevarla a cabo?

Espero que este esrito te ayude a clarificar que tu poder de co-creación se centra en dónde enfocas tu atención, entonces centrate en lo que SI deseas.

El Poder Constructivo y/o Destructivo De Las Creencias...

... Al final, terminas siendo quien CREES que sos, y experimentando lo que CREES que te merecés.

Todos tenemos sueños que quisiéramos se convirtieran en realidad. La mayoría de ellos están relacionados con la obtención de placer y felicidad. Una creencia limitadora es aquella que no nos permite desarrollarnos, porque no creemos que seamos capaces de ser exitosos. Nuestras creencias son como ordenes incuestionadas, que nos dicen cómo son las cosas, que es posible o imposible, que podemos hacer y que no. El sistema de creencias que formamos determina nuestras acciones, pensamientos y emociones. Según nos vamos desarrollando adquirimos un conjunto de creencias limitantes, las cuales afloran de manera consciente o inconscientemente para boicotear nuestra felicidad. Como resultado de no poder realizar nuestros sueños se genera una serie de frustraciones que refuerzan más esas creencias limitadoras, creando malos hábitos de comportamiento. De manera tal que nuestros actos nos van alejando de nuestro objetivo de ser feliz. Sólo si tomamos control de nuestro sistema de creencias seremos capaces de dirigir nuestros actos por un buen camino. A menudo creemos que son las circunstancias, las que determinan nuestra vida, cuando la realidad es que son nuestras creencias. La encuesta que se realizamos sobre creencias limitadoras tuvo como resultado una mayoría que escogió, como la creencia que más limitaba nuestra felicidad, el creer que el propósito de esta vida es aprender a superar el sufrimiento, con un 35.5%. El resultado me causó sorpresa porque para mi esta creencia es la menos limitante. Esto porque el hombre siempre está en la búsqueda de placer o evitando el dolor. El que seamos capaces de superar los momentos difíciles, a los cuales adjudicamos dolor y sufrimiento es una creencia que nos capacita en vez de limitarnos. A mi juicio, de las creencias encuestadas, la más limitante es pensar que la felicidad no existe. Si pensamos que la felicidad no existe, también pensaremos que no tenemos derecho a ser feliz. Las creencias limitadoras son sin lugar a dudas las responsables que nuestros sueños no se realicen. Por eso he adoptado conscientemente un sistema de creencia basado, en que la felicidad es un estado emocional que existe, y que soy el único responsable de lo que me sucede. Teniendo el presente como el mejor momento para conseguir la felicidad. Nuestras creencias, son como una especie de mecanismo, a través del cual filtramos todos los acontecimientos que experimentamos, y en dependencia de la CALIDAD DEL FILTRO, será la CALIDAD DE NUESTRAS EXPERIENCIAS.

En conclusión: seamos felices con la creencia de que la felicidad es un derecho que nos pertenece a todos. Que somos capaces de vivir nuestros sueños y ayudar a otros a conseguir su felicidad. Jordy González.

El Poder de las Emociones

En la búsqueda de una mejor vida, es común mirar afuera deseando encontrar "algo" milagroso que cambie nuestras condiciones inmediatamente. Y es precisamente en ese proceso de centrarnos en lo exterior, que generalmente obviamos una herramienta poderosa para el cambio que llevamos dentro. Esta herramienta son nuestras Emociones.
Nuestras emociones son un agente poderoso para el cambio, usadas constructivamente pueden impulsarnos a crear cambios beneficiosos en nuestras vidas, que a su vez repercutan positivamente en nuestra calidad de vida, y en hacer realidad la vida que deseamos vivir.
Podemos considerar a las emociones el combustible, y a la mente el piloto de nuestra personalidad, empleando ambas inteligentemente, podemos dirigir el vehículo que es nuestro cuerpo para conducirnos hacia el éxito.
Existen básicamente cuatro emociones que potencialmente pueden impulsarnos a la acción que resulte en cambios positivos para nuestra vida. Si permitimos que alguna, o la combinación de varias, de estas emociones nos guíen, podríamos estar a un paso de darle un vuelco a nuestras vidas.
Disgusto.
Aunque generalmente no se relaciona el disgusto con acciones positivas, si lo canalizamos apropiadamente, el disgusto puede estimularnos a cambiar nuestras vidas.
La persona que se siente disgustada ha alcanzado un punto en el que no hay vuelta atrás. Su tolerancia alcanzó el límite, y no se contenta con algo menos que un cambio, un cambio para mejor.
Generalmente empleamos el disgusto de manera productiva cuando llegamos al punto en el que sentimos que "¡Ya es suficiente!" , y entonces decidimos que queremos un estilo de vida más gratificante.
Decisión.
Generalmente esperamos a que la vida nos empuje contra la pared para tomar decisiones. Y una vez que alcanzamos este punto, nos toca manejar las emociones contrastantes relacionadas con la toma de decisiones.
Este punto equivale a encontrarse con un distribuidor en una autopista, podemos tener uno, dos tres o hasta cuatro o más diferentes caminos para escoger. De allí lo complejo del proceso de toma de decisiones, y la cantidad de emociones potencialmente conflictivas que nos toca manejar.
Desde el punto de vista de las emociones, tomar decisiones que involucran cambios en nuestras vidas puede ser parecido a una lucha interior por la supremacía de nuestra mente. Y las decisiones resultantes, tímidas o arriesgadas, maduradas o impulsivas, pueden establecer el curso de acción, o cegarlo.
En el proceso de toma de decisiones, lo importante es aventurarnos por algunas de las opciones que se nos presentan disponibles. Es mucho mejor tomar una mala decisión ahora que puede mejorarse o corregirse después, que quedarse paralizado en la intersección.
A cada uno de nosotros nos toca, llegado el momento de decidir, confrontar nuestro torbellino de emociones, y sortear nuestros sentimientos para conectarnos con la motivación.
Motivación.
Con respecto de la motivación es importante recordar que es un poder interno que puede ser estimulado por factores externos.
Otra persona, o cosa, no puede motivarle, lo más que puede hacer es estimularle, y desde ese estimulo, usted puede conectarse con su motivación interna.
Comprendido esto, es fácil entender que casi cualquier cosa puede servirnos como estimulo para conectar con nuestra motivación si estamos preparados y dispuestos a recibirlo.
Una canción que evoque recuerdos, una película que haga volar la imaginación, una conversación que nos rete, una confrontación en el tráfico que nos haga cuestionarnos, un artículo que nos inspire, un libro que nos haga reflexionar, cualquiera de estos puede ser un estimulo que nos conecte con el mecanismo interno que nos motive a decir "¡Lo quiero Ya! Y a actuar en consecuencia para lograrlo.
Mientras encontramos ese botón interno que encienda la motivación pura, démosle la Bienvenida en nuestras vidas a cada experiencia positiva que podamos experimentar.
Si erigimos una pared para protegernos , esa misma pared nos alejará de las experiencias enriquecedoras que la vida tiene para ofrecernos. Permita que la vida le toque, el próximo roce puede ser el que le estimule a cambiar su vida para mejor tomando una resolución.

Resolución.
Cuando logramos una resolución, resolvemos de manera definitiva cualquier conflicto que pudiera existir antes, y sentimos el poder de lograr lo que nos proponemos.
Lograr una resolución es el desenlace natural del proceso que plantea este artÍculo. Desde la resolución nos conectamos con nuestro poder interno, y entonces sentimos que podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos.
Nos sentimos poderosos, sentimos que cualquier cosa está a nuestro alcance, y reconocemos nuestros recursos (principalmente internos) con que contamos para hacerlo realidad.
Cuando alguien está realmente resulto de lograr lo que se propone, nada puede detenerlo. Y eso es debido a que una persona que ha logrado una resolución, paralelamente se ha prometido a si misma que nunca se rendirá hasta lograr lo que ha resuelto alcanzar.
Ese es el poder de conectarnos con nuestro ser interno.

Resultados.
Al canalizar apropiadamente nuestras energías, nos colocamos en la ventajosa posición de emplearlas para nuestro provecho, explotando su potencial a nuestro favor, mientras avanzamos hacia la vida que deseamos y merecemos vivir.
A medida que avanzamos y surge la pregunta ¿Cuánto tiempo voy a dedicarme a hacer realidad mis sueños?, la mejor respuesta que podemos dar es:
"¡Tanto como sea necesario!"
¡Que Disfruten de sus Emociones!
Extraido de la Web

Inteligencia Espiritual

Espiritualidad nada tiene que ver con la intelectualidad de altos vuelos, con el idealismo, con una orientación ética de la mente, con austeridad, con la pureza moral ni con la religiosidad, ni tampoco con una ferviente y enaltecido fervor emocional. La espiritualidad es, esencialmente, el despertar a la realidad interior de nuestro ser, el despertar a un espíritu y/o alma, que es distinta a nuestra mente, a nuestra vida y a nuestro cuerpo.

¿De donde venimos? ¿Hacia donde voy? ¿Cual grande es la historia de la que hacemos parte? ¿Cual es nuestro origen? ¿Estamos solos en este universo tan infinito? ¿Cuánto hace que existimos? ¿Cuál es la fuente de la inteligencia humana? ¿Por que tendemos muchas veces hacer preguntas como estas? ¿Por que y para que estamos aquí? ¿Existe DIOS? ¿Hay vida después de la muerte? ¿Adonde vamos cuando se muere? ¿Por qué le tememos tanto a la vida si nuestro único propósito es encontrar la felicidad? ¿Por qué complicarnos tanto la vida sumergiéndonos en situaciones y sensaciones que nos llevan directamente al dolor? Si usted es una de aquellas personas que en algún momento de su vida se ha cuestionado con este tipo de preguntas sin encontrar respuestas concretas entonces lo invito a que me acompañe a este gran encuentro con usted mismo donde usted decide las respuestas y genera sus conclusiones.

Actualmente toda la psicología occidental se basa en dos procesos;uno desarrollado por sigmund freud en el siglo XX que mide el CI o inteligencia racional que se encarga de resolver nuestros problemas lógicos y estratégicos, luego en los años 90 aparece Daniel Goleman mostrando la existencia de la IE inteligencia emocional aquella que nos hace concientes de los sentimientos propios y de los demás, produce empatía compasión, motivación y la capacidad de responder apropiadamente al dolor o al placer. Ahora a principios de este nuevo milenio, una gran cantidad de información científica nos muestra el nacimiento de una nueva inteligencia la IES inteligencia espiritual con que afrontamos y resolvemos problemas de significado y valores, la inteligencia con que podemos poner todos nuestros actos en un contexto mas inmenso mas significativo enriquecedor, inteligencia con que yo puedo determinar el rumbo de mi vida, determinar sabiamente que es lo mejor para mi, la inteligencia que te lleva hasta el centro de ti mismo permitiéndote conocerte cada día y entrando entonces al sinfín del aprendizaje continuo sobre vos mismo y la evolución constante del universo, encontrando así razones validas para hacer tu paso por este mundo una forma mas placentera y tranquila aceptando el venir de cada día con amor propio, esta es nuestra inteligencia primordial que permite manejar nuestras otras inteligencias con eficaz funcionamiento. Entonces si logramos desarrollar la visión y comprensión de la realidad trascendental mediante el autoconocimiento o mejor lo llamaríamos conciencia de uno mismo y/o interior aumentarían las aptitudes para generar compasión, amor incondicional por lo demás, poniendo en práctica la sabiduría espiritual en todas nuestras relaciones mediante un comportamiento impecable y coherente ante nuestras palabras.

Hablar de espiritualidad no es hablar de religiosidad muchas veces confundimos estos términos, muchas personas tienen más experiencias espirituales fuera de las instituciones religiosas que dentro de ellas, la religión es como un conjunto de reglas, creencias y jerarquías, esta es adoptada por cada persona a través de la familia y la tradición. Cuando desarrollamos inteligencia espiritual descubrimos que esta es la inteligencia que cura y nos hace completos pues muchos vivimos vidas con supuestos vacíos, con demasiadas heridas del pasado que se encuentran abiertas aquellas que por largos periodos de tiempo hemos traído acuestas y rara ves decidimos enfrentar y superar; situaciones pasadas que no permiten nuestra trascendencia y adoptar un nuevo venir de los días con amor.

sábado, 22 de agosto de 2009

Disculpá, tu vida te está esperando


Lynn Grabhorn

Muchos de nosotros llevamos mucho tiempo en la búsqueda por encontrar la felicidad en la vida, devoramos libros sobre el pensamiento positivo, autoayuda y motivación personal. Pero, si en ellos estuviera encerrado el secreto de una vida de abundancia y dicha total, ¿seguiríamos comprando nuevos títulos? Desde luego, algunos se acercan más a darnos las claves para alcanzar esa «buena vida», un tanto esquiva, pero no nos han convertido en verdaderos triunfadores; en nuestras vidas, no ha habido grandes cambios. Pensamos que «tal vez era el libro equivocado», entonces probamos con otro. O lo intentamos con otra religión, otro tipo de meditación, otro guía, otro psíquico, otro médico o, quizá, otra relación esperando en cada nueva opción que ésa sea "la buena".

Tratamos de alcanzar de todas las formas posibles, en todas partes, alivio para el tedio y la lucha por la vida cotidiana; y, sin embargo, la mayor parte de nosotros continuamos en la búsqueda. ¿Por qué? ¿Cómo es posible que no hayamos encontrado el secreto de llevar una buena vida, sin importar lo que eso signifique para nosotros? ¿Cómo es que continuamos «rasgándonos las vestiduras» para obtener lo que deseamos, si desde siempre la clave para hacer realidad nuestros deseos ha sido tan elemental como la vida misma?

Se ha planteado la invitación a ver la vida con una manera diferente de enfocarla, con una nueva conciencia, cambiar las viejas creencias, que las cosas llegan por un golpe de suerte, buena o mala, por accidente o coincidencia, o porque te has dedicado a «picar piedra», que para obtener algo que valga en la vida requiere gran cantidad de esfuerzo y muchas veces acompañada con sufrimiento. Sin embargo muchos se encuentran con que no ha cambiado nada. Como si Dios dijera tú si, tú no. Pero la pregunta flota desesperadamente en el aire ¿Qué falta?

Esa tontería de la «condición humana»

¿Alguna vez te ha parecido grotesco que nuestras vidas sean tan difíciles, aunque seamos tan talentosos? Aquí estamos, esta especie tan inteligente, capaz de desintegrar átomos, de volar a la Luna y crear a los Picapiedra; y sin embargo, todos andamos corriendo de un lado a otro, sufriendo ataques al corazón o muriéndonos de hambre. Eso no tiene sentido. ¿Cómo nos metimos en este lío? ¿O se trata, simplemente, de la condición humana?

Todo empezó de manera inexplicable, hace una eternidad, con la primera declaración falsa de aquellos que deseaban el poder, quienes proclamaban que nuestras vidas giraban en torno y eran resultado de circunstancias sobre las cuales no teníamos ningún control, incluyendo ser dominados por otros. Puesto que esto es lo que todos creyeron durante una eternidad, es lo que seguimos creyendo en la actualidad.


Así es como nuestros padres, antes de nosotros, y los suyos antes de ellos, y sólo Dios sabe hace cuántos cientos de años, hemos luchado, nos hemos esforzado y nos hemos atormentado, hasta morir antes de tiempo a causa de las exigencias innecesarias de la vida. Creemos que todo eso forma parte de la condición humana, de la desafortunada aflicción que hemos dado en llamar «realidad». Pero la condición humana es un mito y, por tanto, también lo es eso que llamamos realidad. La verdad, en simples y sencillas palabras, es que nosotros tenemos la sagrada habilidad de manejar eso que llamamos «nuestra vida» para que sea lo que queramos que sea. ¡De cualquier modo! ¡Sin que importe nada! Desde una familia feliz hasta la capa de ozono.


Entonces, ¿por qué no han servido de mucho los millones de libros que se han publicado sobre cómo tenerlo todo, cómo hacerle para volverse rico o cómo visualizar el camino hacia el éxito, y cómo, mediante el pensamiento positivo, lograr salir por nosotros mismos del lío en que estamos metidos? ¡Muy sencillo! Todos esos libros dejaron fuera la clave más importante para lograr todo en la vida: ¡Creamos al tener congruencia en el sentir, no sólo en el pensar!

Esto es cierto, logramos lo que tenemos por la forma en la que sentimos, y no tratando de poner las cosas en su lugar o de controlar nuestra mente. Todo accidente automovilístico, ascenso en el trabajo, amante sensacional o desastroso, cuentas bancarias llenas o vacías, nos llegan por medio de la más elemental ley de la física: "Lo semejante atrae a lo semejante". Y como por lo general no sentimos gran entusiasmo por lo que hemos tenido al alcance la mayor parte de la vida, nos hemos vuelto verdaderos maestros, dotados en el arte de atraer hacia nosotros circunstancias que preferiríamos no tener. ¿Quieres un automóvil nuevo? ¡Lo puedes tener! ¿Quieres trabajar con éxito por tu cuenta? ¡Puedes hacerlo! ¿Deseas cerrar ese negocio? ¿Ganar más dinero? ¿Tener una relación fuera de serie? ¿Vivir sin temor? ¿Llevar una vida espiritualmente satisfactoria? ¿Gozar de buena salud? ¿Disfrutar de tu libertad e independencia? Puedes tenerlo, si sabes como atraerlo a tu vida.

La Ley de la Atracción -lo semejante atrae a lo semejante- es absoluta y no tiene nada que ver con las personalidades. Nadie vive al margen de esta ley porque es la ley del universo. Lo que ocurre es que no nos habíamos dado cuenta, sino hasta hace poco, de que esta ley se aplica también a nosotros. Ésta es la ley que está detrás del éxito o del fracaso. Es la que nos resguarda o nos lanza a la fatalidad. En pocas palabras, la que domina cada momento de alerta en nuestra vida. Así que si queremos que nuestra vida dé un giro considerable y que haya en ella más abundancia, salud, seguridad o felicidad de cualquier tipo, sólo tenemos que aprender la mecánica para manejar nuestra conexión interna entre la mente conciente, subconsciente y poder superior y un universo de abundancia se abrirá ante nosotros para poder pedir lo que anhelamos.

Todo en este mundo está hecho de energía: tú, yo, la piedra, la mesa, el pasto. Y como la energía es vibración, eso significa que todo lo que existe vibra. ¡Todo! Incluyéndonos a ti y a mí. Los físicos de nuestra época han llegado finalmente a la conclusión de que energía y materia son la misma cosa, lo que nos lleva de regreso al punto de partida: todo vibra, porque todo -visible o no- es energía. Energía pura, vibrante, de flujo continúo. Pero aun cuando sólo hay una energía, ésta vibra en formas distintas. Tal como el sonido que surge de un instrumento musical, hay energías que vibran con mayor rapidez (como las notas altas), que provienen de frecuencias altas, y otras que vibran en forma lenta (como las notas bajas), procedentes de frecuencias bajas. No obstante, a diferencia de los tonos de un instrumento musical, la energía que fluye de nosotros procede de nuestras más profundas emociones del subconsciente, para crear patrones de energía de ondas electromagnéticas altamente cargadas, lo que nos convierte en imanes vivientes las 24 horas del día, muy poderosos, pero volátiles.

Eso está muy bien, pero, ¿a quién le importa? Bueno, si quieres descubrir por qué has estado luchando tan duramente toda tu vida, ¡te interesará saberlo! Si quieres saber cómo cambiar tu vida para que se vuelva exactamente como tú quieres que sea, será mejor que te importe, porque las vibraciones electromagnéticas que envías cada segundo de cada día son las que han producido -y continúan produciendo- , todo lo que te ocurre, grande o pequeño, bueno o malo. ¡Todo, sin excepción!

sábado, 15 de agosto de 2009

¿Activás tu conciencia? ¿Desactivás tu sufrimiento?

"Estoy harta de sufrir. He hecho terapia por veinte años y estoy igual… o peor. Ya no sé qué hacer. Estoy cansada”. Una mujer me decía esto en su primera sesión. Es bastante común en estos tiempos. Ahora que la Tierra está siendo iluminada por nuevas energías, nos sentimos empujados a despertar de la inconciencia del Ego. La mayoría de las terapias psicológicas se centran en el Ego y, al hacerlo, lo refuerzan.Como mucho, modifican algunas variables, pero siguen atadas a su poder. Como bien dijo Einstein: “los problemas no pueden ser solucionados en el mismo nivel en que fueron creados”.

El Ego es una construcción del pasado y lo revive en cada instante. Ha creado distintos juegos y tiene una inercia propia que no nos precisa para continuar. Suena extraño, pero así es. Nuestro Ego no nos necesita. Simplemente, reacciona de la misma forma a cualquier estímulo que le recuerda a una situación o persona del pasado. Una serie de ideas son disparadas ante algún pensamiento, que son nutridas por el fuego de las emociones: “él me miró raro cuando dije que no entendía; yo nunca entiendo nada; soy una tonta; ya papá me lo decía cuando iba a la escuela; no importa cuánto me esfuerce; siempre seré estúpida; no soy como los demás; no tendré oportunidades de salir de aquí; mi vida es una porquería; soy tan infeliz”. Miles de pensamientos como estos nos gobiernan cada día. Tenemos discos rayados que tocamos una y otra vez. Lo mismo sucede con las relaciones: nos dicen o hacen algo e inmediatamente, como un dominó, caen las fichas de los últimos incidentes hasta los primeros. Y, si lo siguiéramos, seguramente terminarían en nuestros padres (y hasta en vidas pasadas, si quisiéramos investigar más).

¿Cuál es el alimento del Ego? El sufrimiento. Es evidente que todos hemos pasado carencias, agresiones y sucesos difíciles en la infancia. Allí , creamos una historia triste y desgraciada con la cual nos identificamos y seguimos renovando en la vida adulta. Cuanto más sufrida es la historia, más grande es el Ego. Se revuelca a sus anchas en sus propios chiqueros de dolor y busca asociarse a otros para fortificarse.

Identificarnos es la palabra clave. Creemos que somos el Ego. ¿Acaso alguien nos enseñó otra cosa? Yo soy mis pensamientos, mis emociones, mi cuerpo, mis palabras, mis propiedades, mis relaciones… mi, mí, mío. Nos identificamos con lo que tenemos, porque todo pasa por la posesión. La base del Ego es la insatisfacció n: nada ni nadie es suficiente. Cuanto más tengo, más necesito porque el Ego desea desear, no lograr.

Incluso cuando estás en un proceso de terapia o de búsqueda espiritual, vos quierés ser otro, ser más, ser mejor. Eso también es del Ego. Te fuerzas a vos mismo a fin de seguir en carrera. Nunca hay paz. Paradójicamente, lo que sos no lo necesitás conseguir pues lo sos. Ningún lugar adonde correr o refugiarse: vos ya sos.

Quizás, escuchas voces en disonancia: “¿cómo?, si yo soy tal cosa, si me falta tanto, si estoy tan (lo que sea), no soy nadie”. Eso es Ego. Vos ya SOS. ¿Cómo contactarlo? Estando presente, desactivando el poder del Ego.

La única forma de hacerlo es no reaccionar, es crear un espacio de observación en el cual puedas percibir los múltiples disfraces, las mil voces con que te identificas. Acepta lo que sentís lo que pensás. Si lo peleás, lo reforzás. Si lo explicás, lo continuás. Sólo observalo. Distinguí los patrones que te dominan. Date cuenta los aprendizajes. Respíialos y disolvelos en la comprensión y la compasión. Apreciá la paz y el amor que surgen de tu esencia, de lo que sos.

Tu conciente y amorosa presencia es lo que necesitás para liberarte del sufrimiento y de las consecuencias de lo creado bajo la prisión del Ego. Y es, a la vez, la auténtica fuente de libertad porque sólo se puede elegir cuando tenés conciencia. Si no la tenés tu Ego sigue imponiéndote sus dolores y juegos. Despertá a tu verdadero Ser. Unite a la Conciencia Universal y todo lo serás y todo lo tendrás. Laura Foleto

domingo, 26 de julio de 2009

Sanar el Sufrimiento

Contrariamente a lo que podríamos pensar, dejar de sufrir no depende fundamentalmente de que alguien nos dé unas "herramientas perfectas", sino básicamente de tres cosas:

  • Darnos cuenta de que sufrimos, o lo que lo mismo, ser capaces de observarnos a nosotros y a nuestro sufrimiento.
  • Elegir dejar de sufrir, y manteniendo esta decisión con perseverancia.
  • Dejar de resistirse, al proceso de sanación, a aceptar y expresar conscientemente en un entorno seguro las heridas emocionales y a hacer "lo que toca hacer" en cada momento.

Luego vienen las herramientas, para ayudar a facilitar el proceso, unas más adecuadas que otras dependiendo de la personalidad de cada uno y las circunstancias concretas en las que estemos, pero el proceso básico es ese.

IDENTIFICAR EL SUFRIMIENTO

Podemos decir que sufrimiento emocional es cualquier estado distinto a sentir el amor y la alegría tranquila en nuestro pecho. Cualquier otro estado emocional, mental o físico es indicador de que algo no anda del todo bien, o lo que es lo mismo, hemos encontrado una pista de donde podemos sanar un componente del sufrimiento emocional en nosotros. Esto no quiere decir que tengamos que estar obsesionados con "depurarnos", sino simplemente tomar consciencia de que si queremos tenemos ahí una puerta que explorar.

Cuando abrimos una de esas puertas y comenzamos a bucear en ellas, podemos ver que las emociones se organizan de manera natural en capas por las que vamos a ir pasando, y que a modo de orientación podríamos decir que es algo como esto, de lo más externo a lo más interno:

- Negación, euforia, aburrimiento, cansancio. También dolor físico, resultado de enterrar el dolor emocional.
- Cabreo
- Resignación, autocastigo, autocrítica, culpa, autolimitació n.
- Miedo
- Dolor, herida emocional

El observador y el escenario

Para que uno pueda "estar bien" cuando las cosas van mal sin caer en la negación es imprescindible que identifiquemos al menos dos partes en nosotros, el yo que experimenta y el yo que observa.

El observador es el punto de partida imprescindible, es la parte interna de nosotros que es capaz no solo de observar y "darse cuenta" de qué ocurre no solo en nuestro entorno físico, sino también en las partes más externas de nosotros: nuestro cuerpo, nuestras emociones, y nuestros pensamientos, como si esas partes de nosotros fueran también parte del escenario.

El observador tiene la curiosa característica de que existe en un "espacio interno de armonía perpetua", desde el cual sin embargo puede ser consciente de la inarmonía "externa". Cuanto más estas en estado de "observador", más sientes la armonía interna. Cuanto más sientes la armonía interna más estas en estado de observador. Normalmente estamos oscilando en estados intermedios, observamos pero aun nos sentimos identificados con el yo externo -el ego, los pensamientos, emociones y sensaciones físicas- y el observador es como una voz, un guía interno que nos apoya y nos ayuda a tomar consciencia del sufrimiento emocional. Pero hay ciertos momentos de sanación emocional, de pequeños "satoris" de comprensión cuando procesamos un asunto emocional que realmente nuestro punto de autoconsciencia da el salto por un momento al otro lado y realmente sentimos que somos el observador y vemos a nuestro ego, nuestra personalidad externa y sus esfuerzos por sanarse con un sentimiento de honor y ternura infinitas, y comprendemos como "todo está bien", que aunque haya problemas por resolver, el escenario en sí es una oportunidad y el hecho de que podamos actuar en el es un regalo. Ahí empezamos a experimentar lo que realmente significa "amarse a uno mismo". Claro que ese estado normalmente dura un momento y pronto volvemos a nuestra perspectiva desde el lado de la personalidad externa, pero esa experiencia queda ahí, hemos abierto un camino y cada vez que lo volvamos a experimentar anchearemos ese camino.

El proceso llamado Iluminación, al menos su estado más básico ocurre cuando nuestro punto de consciencia se asienta permanentemente "al otro lado", en el "lugar interno de armonía", observando y comprendiendo de esa manera especial que "todo está bien". Pero este estado permanente, al contrario de lo que se suele pensar no, está directamente relacionado con los años de prácticas de trabajo interior, sino que puede suceder a cualquiera espontáneamente, en cualquier momento de la vida . La practicas son una ayuda para acercarnos a ese estado mientras no sucede naturalmente, porque tomamos consciencia de que es más beneficioso para nosotros, y para acostumbrarnos a vivir la vida cotidiana desde esa perspectiva "iluminada" con normalidad, pero el "salto" puede ocurrir en cualquier momento y el único factor que parece ser realmente importante es la no resistencia al proceso.

ELEGIR DEJAR DE SUFRIR

Obstáculos para elegir dejar de sufrir

El sufrimiento es un mecanismo natural desarrollado para ayudarnos a sobrevivir al ayudarnos a identificar las situaciones que nos hacen daño, por lo que cuando nos proponemos ir desactivándolo para comenzar a funcionar con el "programa más refinado" que es la autoconsciencia, nos encontramos con mecanismos de protección que son básicamente miedo, pero que pueden disfrazarse muy habilidosamente en forma de creencias limitativas aparentemente ciertas intelectualmente. Pero con un poco de distanciamiento, observando el cuadro general que nos pintan podemos identificarlas fácilmente porque todas tienen algo obvio en común: defienden o promueven el miedo y el sufrimiento emocional. Y la experiencia de cualquiera que se atreva a bucear en sus emociones es que "el miedo es irreal", o dicho de otra forma, que:

sufrir nunca está justificado

Todos estos mecanismos de defensa que podríamos llamar "reversos psicológicos", debido a su exceso de apego, se convierten al final en formas de autocastigo que nos mantienen innecesariamente en el sufrimiento, y pueden ser cosas como:

  • No puedo superar esto
  • No está bien
  • No me lo merezco
  • Estoy aburrido
  • Estoy cansado
  • No tengo tiempo
  • No lo podré soportar
  • No quiero dejar esta emoción
  • No vale la pena
  • ¿Para qué?
  • etc.

Por otro lado hay mitos sociales que contribuyen a justificar nuestros reversos personales, como los prejuicios contra ciertos grupos sociales, sobre los presuntos peligros de leer ciertos libros, o ver ciertas películas - como existía hasta no hace mucho y existe aún en muchos puntos del planeta-, que afortunadamente poco a poco vamos superando, aunque todavía perviven otros, tanto o más peligrosos que todavía pasan demasiado desapercibidos para mucha gente. Quizá dos de los más importantes son:

  • Dejar de ser agresivo equivale a ser débil.

  • Sufrir por amor es la manera más elevada de mostrar amor verdadero.

"Dejar de ser agresivo equivale a ser débil"

Cuando sentimos odio hacia otro puede que nos cueste darnos cuenta que somos nosotros los que estamos sufriendo mientras odiamos, pensamos que castigamos con nuestro odio a quien odiamos, pero en cuanto buceamos un poco en ese odio vemos que solo nos castigamos a nosotros mismos y lo que hacemos mientras mantenemos el odio es cederle el poder sobre nuestro bienestar precisamente a la persona que menos desearíamos que lo tuviese. Sin embargo el odio y la agresividad juegan como animales que somos un papel fundamental en nuestra supervivencia, y cuando elegimos conscientemente dejar de odiar, porque comprendemos que es un mecanismo muy limitado y que a la larga nos causa daño a nosotros, puede que surge el miedo a quedar indefensos, pero una vez que nos acostumbramos a funcionar de otra manera vemos que es justo lo contrario: cuando dejamos de odiar (sufrir) -no porque nos lo impongamos, sino porque liberamos nuestro dolor- como hemos dicho, nuestras emociones se aclaran, comprendemos lo infantil y ridículo que es ver a un adulto cabreado como un niño pequeño, y lo más importante, podemos ser más conscientes de los peligros reales y de las medidas objetivamente más eficientes a tomar para evitarlos o mitigarlos. Tememos que al perder nuestra agresividad perdemos nuestra consciencia del peligro, pero en realidad es justamente lo contrario. .

La conocida frase cristiana de "poner la otra mejilla" ha provocado mucha confusión al respecto al interpretarla en el sentido físico cuando su verdadero sentido es aplicada al plano emocional: por mucho que me provoques yo elijo mantener mi bienestar interior, lo que no tiene nada que ver con que si tu me atacas físicamente yo me puedo defender porque tengo el mismo derecho que tu a vivir y a mantener mi integridad y mi bienestar físico.

Para quienes teman caer en un "exceso de bondad", la imagen más clara de esto es la actitud del maestro de artes marciales, que cuanto más serenidad interior tiene -más paz interior, amor hacia sí mismo y hacia su contrincante- más eficiente es en el combate exterior, en la mayoría de las ocasiones porque consigue que ni siquiera se inicie al sanar el dolor emocional del potencial agresor que causaba su necesidad de violencia.

El "honor" de sufrir por amor

Cuando sufrimos porque alguien cercano está enfermo o en peligro, por ejemplo, puede que nos surja la culpa de ser egoístas y preocuparnos más por nosotros que por los demás. Pero la pregunta clave en esta situación es

¿En que ayuda tu sufrimiento a la persona a la que quieres?

En la sociedad en la que vivimos tradicionalmente se ha asociado el sufrimiento con el supuesto amor, elogiando el "sufrir por amor" como la forma más elevada de demostrar amor verdadero, pero si buceamos en el origen de ese sufrimiento NUNCA encontramos el amor como origen del mismo, sino que encontramos culpa, sentimiento de impotencia, odio hacia quien le pueda hacer daño a la persona querida, miedo a que la persona se muera o nos abandone etc. etc, es decir, dolor emocional. Alabar el sufrimiento justificándolo con el amor es de las cosas más absurdas -por no decir retorcidas- que se pueda hacer, puesto que técnicamente, desde un punto de vista psicológico:

El sufrimiento es ausencia de amor.

Y si nosotros sentimos dolor, ¿como vamos ayudar a alguien a que no lo sienta? Si tú sufres por alguien, aunque tu intención sea otra, el hecho empírico es que estás contribuyendo a que siga sintiéndose mal. La vieja supuesta norma de bondad de "el otro antes que yo" es solo un camino al victimismo, que es la otra cara del egoísmo del "yo antes que el otro". Para dar hay que abrirse a recibir, al igual que para recibir hay que abrirse a dar. Si lo piensas en global, si tu te pones mal para que otro se ponga bien, el balance global es el mismo. La humildad no consiste en ser menos que el otro, sino en valorar al otro como un igual

Si alguien a tu lado sufre, lo mejor que puedes hacer es dejar de sufrir y sentir tu paz interior para ayudar a que la otra persona siga tu camino. Y además si tú tienes paz interior y energía, tu mente estará mucho más clara para encontrar soluciones armónicas al problema "técnico" que pueda tener la otra persona. Juan Carlos Fernández

Comenzá con lo que tenés


Empezá con lo que tenés. No con lo que te hace falta...
Vos ya tenés todo lo que necesitás para comenzar a crear tu futuro, sin embargo a veces
te encontrás diciendo: si tan solo tuviera esto, si al menos esto fuera distinto. si tuviera más dinero. No exagerés la importancia de las cosas que no tenés.
Empezá con lo que tenés. No con lo que te hace falta . No permitas que aquello que no podés hacer, te impida hacer lo que sí podés.
La pasividad prolongada paraliza la iniciativa. Para la mente que vacila, todo parece imposible.
No esperés que existan circunstancias extraordinarias para hacer el bien, hacelo en las situaciones comunes.
No necesitás más energías, habilidad, ni mayores oportunidades. Lo que debes hacer es sacarle provecho a lo que ya tenés.
El encanto de lo distante y lo difícil es engañoso. La gran oportunidad se encuentra donde estás.
Lo que podés hacer ahora es la única influencia que tenés sobre tu futuro. La grandeza verdadera consiste en demostrar excelencia en las pequeñas cosas. La alegría nunca vendrá a quienes no saben apreciar lo que ya poseen.
La mayoría de las personas cometen el error de buscar muy lejos aquello que está cerca .
Nadie logró el éxito mientras esperaba que todas las condiciones fueran ideales.
No pierdas el tiempo con dudas y temores acerca de lo que no tenés.
Decidite de lleno a terminar la tarea que tenés entre manos, sabiendo que el correcto desenvolvimiento actual es la mejor preparación para tus años venideros. Simplemente, hacelo con lo que tenés. Gentileza, Marian Benedit – Argentina -







viernes, 24 de julio de 2009

El Ego y sus Personajes

Vivimos una especie de gran tragicomedia global, representando cada uno diferentes personajes.. como padres, hijos, amantes, jefe, empleado, etc.

Cada uno de nosotros “actuamos” varios personajes.. somos expertos actores, pero estamos tan perdidos en la interpretació n de los personajes que nos olvidamos del Ser real que somos. Cuando reconocemos que estamos representando un personaje, ese simple reconocimiento crea una separación en­tre nosotros y el personaje. Es el comienzo de la liberación.

Debe­mos reconocer que las emociones que sentimos se derivan en gran medida de las cosas que pensamos. Debemos ver la conexión entre los pensamientos y las emociones. En lugar de ser pensamiento y emoción, debemos ser la conciencia que los observa.

Una vez que reconocemos lo que hacemos o lo que hemos venido haciendo, reconocemos también su inutilidad, y el patrón inconsciente se disuelve por sí solo. La conciencia es el factor de cambio más poderoso de todos.

del Capitulo 4 – Las Mil caras del Ego

del libro de Eckhart Tolle “Una nueva Tierra”

El ego ignora que la fuente de toda energía está en el interior, de manera que la busca externamente. El ego no busca la atención informe de la Presencia, sino alguna forma de atención como el reconocimiento, la alabanza, la admiración, o sencillamente ser notado de alguna manera, lograr que se reconozca su existencia.

La persona tímida que teme despertar la atención de los demás no carece de ego. Tiene un ego ambivalente que teme y a la vez desea la atención de los demás. ..El temor de recibir atención es mayor que la necesidad de tenerla. La timidez suele ir de la mano con un concepto negativo de uno mismo, la idea de ser inadecuado. Toda noción conceptual del ser (verme a mí mismo de tal o cual manera) es ego, trátese de un concepto predominantemente positivo (soy el mejor) o negativo (no sirvo para nada).

Muchas personas fluctúan entre la sensación de inferioridad y de superioridad, dependiendo de las situaciones o de las personas con quienes entran en contac­to. Lo único que usted necesita saber y observar en usted mismo es lo siguiente: cada vez que se sienta superior o inferior a al­guien, es problema de su ego.


El papel de la Victima .. el preferido del ego

La representa­ció n de papeles negativos adquiere fuerza especialmente cuando el ego se amplifica a causa de un cuerpo del dolor activo, es decir, por el sufrimiento emocional del pasado que desea renovarse sintiendo más dolor.

Uno de los personajes representados con mayor frecuencia es el de la víctima, la cual busca la simpatía, o la compasión, o el interés de los demás por mis problemas, “yo y mi historia”. La víctima es uno de los componentes de muchos patrones egotistas, como renegar, sentirse ofendido, injuriado, etcétera. Claro está que una vez que nos identificamos con una historia en la cual nos hemos asignado el papel de víctimas, no deseamos que caiga el telón y, por tanto, como todos los terapeutas lo saben, el ego no desea poner fin a sus “problemas” porque son parte de su identi­dad. Si nadie desea escuchar nuestra triste historia, podemos repe­tírnosla mentalmente una y otra vez para sentir compasión por nosotros mismos y poseer la identidad de una persona maltratada por la vida, por las demás personas, por el destino o por Dios.

Sin embargo, la persona que está aprisionada por el ego no reconoce el sufrimiento como tal, sino que lo ve como la única respuesta apropiada para una determinada situación. En su cegue­ra, el ego es incapaz de ver el sufrimiento que se inflige a sí mismo y que inflige a otros. La infelicidad es una enfermedad mental y emocional creada por el ego, la cual ha alcanzado proporciones epidémicas.

Es el equivalente interior de la contamina­ción ambiental de nuestro planeta. Los estados negativos como la ira, la ansiedad, el odio, el resentimiento, el descontento, la envi­dia, los celos y demás, no se ven como negativos sino que se consideran totalmente justificados y además no se perciben como nacidos de nosotros mismos sino de alguien más o de algún factor externo. “Te hago responsable de mi sufrimiento”. Esto es implí­citamente lo que dice el ego.

Cuando vivimos en un estado negativo, hay algo en nosotros que ansía la negatividad, que siente placer en ella o cree que puede ayudarnos a conseguir lo que necesitamos… Por consiguiente, cada vez que hay negatividad en nosotros y logramos detectar en ese momento que hay algo que goza con esa negatividad o cree que tiene un propósito útil, tomamos conciencia del ego directamente. Tan pronto como eso sucede, la identidad pasa del ego a la conciencia y eso significa que el ego se empequeñece mientras que la conciencia se agranda.

¡Suele usted experimentar una sensación de descontento que podría des­cribir como un resentimiento latente? Puede ser específico o ines­pecífico. Muchas personas pasan gran parte de sus vidas en ese estado. Se identifican hasta tal punto con él que no pueden tomar distancia para reconocerlo. Detrás de esa sensación hay ciertas creencias inconscientes, es decir, unos pensamientos. Sentimos esos pensamientos de la misma manera en que soñamos al dor­mir. En otras palabras, no sabemos que tenemos esos pensamien­tos, como tampoco el soñador sabe que sueña.

Mientras más fuerte es el ego, mayor es la probabilidad de que la persona piense que la fuente principal de sus problemas son los demás. También es más probable que les dificulte la vida a los demás. Pero, como es natural, la persona no podrá reconocer lo que sucede. Solamente percibe que son los demás los que actúan en su contra.

¿Porque miles de millones de personas viven en condiciones de miseria, y aparente abandono social?… AH!!, .. porque al ego le encanta ese papel de la víctima.

..¡! DESPIERTA ¡!.. asume responsabilidad por tu condición de vida y libérate de la tiranía del ego.. ese es tu victimario… Paradojico ¡!.. tu victimario juega contigo a la víctima. J.C. Fernández