domingo, 13 de septiembre de 2009

Se atrae lo que se teme

Como las cosas que más amamos y las que más tememos tienden a ocupar nuestros pensamientos, gran parte del tiempo atraemos justamente esas cosas.

¿Alguna vez has echado a perder completamente una nueva camisa la primera vez que te la pusiste? Y justo cuando pensabas... - No quiero ensuciar esta camisa nueva tan bonita - tu birome empezaba a chorrear tinta dentro del bolsillo superior....

¿Cuántas veces alguien dice: "En los siete años que tuve el Citroen no le hice ni un rasguño. Y en cuanto me entregaron mi automóvil nuevo, me empezaron a chocar"

Me contaba un amigo que cierta dama sufrió cinco accidentes en siete años. Al final, se dio cuenta de que había albergado temores a tal extremo, que atrajo lo que deseaba evitar.

Incluso si pensamos: "No quiero que pase equis cosa" gravitaremos justamente hacia eso.

Nuestra mente no puede desplazarse en sentido negativo con respecto a las cosas; no puede más que moverse hacia ellas.

Ello explica por qué de niño, cuando entrabas a escondidas a la cocina, tomabas un montón de galletítas y salías con todo sigilo... !te pescaban! De pronto aparecía tu padre de la nada. Tu pensamiento dominante era " voy a agarrar unas galletas y espero que no me descubran, porque me iría muy mal" ! y te atrapaban!

Puede haberte sucedido que al salir con tu nueva pareja pensaras " Que pena si de pronto apareciera mi ex novia" No hace falta decir lo que pasó.

¿Alguna vez se te ha ocurrido pensar, en vísperas de un evento especial o de una fiesta: "Espero no enfermarme porque esto no me lo quiero perder"? Y al final resultó que te enfermaste y te lo perdiste. ¿No es cierto?

Es fascinante como opera la energia de tu mente.

Recientemente en una revista se publicó un artículo acerca de un habitante de Nueva York, de nombre Pete Torres, quien había sufrido quince asaltos en dos años. Sobra decir que no se trata de un récord envidiable.. .

Aunque Pete afirma que él no hace nada para propiciar esos ataques, de hecho contribuye a atraer sus desgracias. Su pasión son las películas de horror. Todo su tiempo libre lo dedica a saturarse de apuñalamientos, asaltos y robos. Impregna su mente de historias de terror – evidentemente le gusta asustarse – y después se pregunta porqué la vida en las calles de Nueva York es una interminable historia de horror.

Este mismo principio se manifiesta en la pobreza y la mala salud. Si no paramos de comentar, pensar y leer acera de "cosas malas", gravitaremos subconscientemente – o aun conscientemente – hacia ellas.

La gente exitosa se desplaza hacia el éxito, hablando y pensando de éxito. Los fracasados tratan de escapar del fracaso hablando y pensando en fracasos. El más importante principio mental que puede transformar a los perdedores en triunfadores es "concentrarse en lo que uno quiere" y dejar de pensar en lo que uno “no quiere”.

Sería absurdo ir a la tienda de la esquina y decir al dependiente " No quiero leche, no quiero mantequilla y no quiero queso" y suponer que regresaremos a casa con la misión cumplida. Buno pues así vivimos centrando nuestra atención (y poder) en lo que NO queremos.

El Universo no escuha la palabra “NO”, así es que cuando piense no quiero un coche viejo; quitele el No al mensaje que usted emite y entonces queda centrado y focalizado en el coche viejo.

Sin embargo la mayoría de la gentes se tambalea por la vida, quejándose de lo que carece y hablando de lo que quiere evitar. Pareciera en ocasiones concurso de a quién le han pasado las peores cosas, ó si le cuentan a usted una desgracia, de inmediato lo relaciona a fulanito que le sucedió algo peor. Ese es un callejón sin salida. Tenemos que concentrarnos en lo que queremos

Al abordar en este tema descubrimos el principio llamado "miedo a las perdidas". Cuando tememos perder algo, nos colocamos en posición de perderlo. Esto se aplica a esposos, novias, carteras , raquetas, tenis y autoestereos.

De cuando en cuando nos enteramos en los diarios de personas que frecuentemente sufren asaltos en sus domicilios. A pesar de cerrojos, sistemas de alarma, cadenas y dobermans sus casas parecen estar abiertas de par en par para los ladrones.

Estas leyes obran con el mismo poder en nuestras relaciones amorosas. Cuando tememos perder el amor de alguien, de inmediato nos ponemos en peligro de perderlo. Sin duda, aquí la moraleja es: Concéntrate en lo que tienes y disfrútalo. No pienses en perder lo que posees."

Enfoca tu atención en lo que deseas. Si dejas que tus temores te obsesionen, estos te abrumarán. En realidad, el principio de atraer lo que se teme es hermoso. Implica el reto de enfrentar nuestro miedos y , mediante ello, superarnos. ¿Cómo podremos evolucionar si las cosas que tememos se alejan de nosotros?

¿Cómo desarrollarnos si nunca enfrentamos lo que nos atemoriza?

En cuanto el temor de perder algo, las leyes universales nos instan a mantenernos firmes.

Si pensamos que cierta pérdida nos arruina la vida, y nos obsesionamos con esa idea, ¡quizá las leyes universales nos demuestren que podemos vivir perfectamente sin aquello que tanto tememos perder!

Si consideras que la vida no tiene sentido sin tu automóvil último modelo, probablemente tendrás que experimentar lo que se siente vivir sin él. Si tu actitud es : "Disfruto mi auto, pero puedo ser igualmente feliz sin él" es de esperarse que lo conservarás todo el tiempo que deseas. Las circunstancias nos ayudan a aprender y a fortalecernos.

Debemos disfrutar lo que tenemos y vivir el presente. Temer pérdidas no es vivir en el presente. Tener pérdidas es vivir en el futuro.

LOS TEMORES DESAPARECEN AL ENFRENTARLOS

Otro principio fascinante es que cuando finalmente desarrollamos el valor necesario para enfrentar un problema, con frecuencia , éste desaparece.

En cuanto hacemos acopio de valor para realizar una difícil llamada telefónica, suele suceder que, de pronto, desaparece la necesidad de hacerla.

Sufrimos semanas enteras pensando que tenemos que despedir a la secretaria, y cuando finalmente se lo comunicamos, ¡resulta que ella estaba ansiosa por irse! Naturalmente, las cosas no siempre se presentan de esta manera, y en ocasiones es necesario enfrentar la situación con todas sus consecuencias.

Seguramente, alguna vez te has visto en la necesidad de hacer algo que te pareciera difícil o particularmente bochornoso. Sin embargo, al momento de llevarlo a cabo advertiste que no era ni la mitad de terrible que habías pensado.

¿Cuántas veces has notado que pensar en alguna actividad es mucho más doloroso que realmente llevarla a cabo?

Espero que este esrito te ayude a clarificar que tu poder de co-creación se centra en dónde enfocas tu atención, entonces centrate en lo que SI deseas.

El Poder Constructivo y/o Destructivo De Las Creencias...

... Al final, terminas siendo quien CREES que sos, y experimentando lo que CREES que te merecés.

Todos tenemos sueños que quisiéramos se convirtieran en realidad. La mayoría de ellos están relacionados con la obtención de placer y felicidad. Una creencia limitadora es aquella que no nos permite desarrollarnos, porque no creemos que seamos capaces de ser exitosos. Nuestras creencias son como ordenes incuestionadas, que nos dicen cómo son las cosas, que es posible o imposible, que podemos hacer y que no. El sistema de creencias que formamos determina nuestras acciones, pensamientos y emociones. Según nos vamos desarrollando adquirimos un conjunto de creencias limitantes, las cuales afloran de manera consciente o inconscientemente para boicotear nuestra felicidad. Como resultado de no poder realizar nuestros sueños se genera una serie de frustraciones que refuerzan más esas creencias limitadoras, creando malos hábitos de comportamiento. De manera tal que nuestros actos nos van alejando de nuestro objetivo de ser feliz. Sólo si tomamos control de nuestro sistema de creencias seremos capaces de dirigir nuestros actos por un buen camino. A menudo creemos que son las circunstancias, las que determinan nuestra vida, cuando la realidad es que son nuestras creencias. La encuesta que se realizamos sobre creencias limitadoras tuvo como resultado una mayoría que escogió, como la creencia que más limitaba nuestra felicidad, el creer que el propósito de esta vida es aprender a superar el sufrimiento, con un 35.5%. El resultado me causó sorpresa porque para mi esta creencia es la menos limitante. Esto porque el hombre siempre está en la búsqueda de placer o evitando el dolor. El que seamos capaces de superar los momentos difíciles, a los cuales adjudicamos dolor y sufrimiento es una creencia que nos capacita en vez de limitarnos. A mi juicio, de las creencias encuestadas, la más limitante es pensar que la felicidad no existe. Si pensamos que la felicidad no existe, también pensaremos que no tenemos derecho a ser feliz. Las creencias limitadoras son sin lugar a dudas las responsables que nuestros sueños no se realicen. Por eso he adoptado conscientemente un sistema de creencia basado, en que la felicidad es un estado emocional que existe, y que soy el único responsable de lo que me sucede. Teniendo el presente como el mejor momento para conseguir la felicidad. Nuestras creencias, son como una especie de mecanismo, a través del cual filtramos todos los acontecimientos que experimentamos, y en dependencia de la CALIDAD DEL FILTRO, será la CALIDAD DE NUESTRAS EXPERIENCIAS.

En conclusión: seamos felices con la creencia de que la felicidad es un derecho que nos pertenece a todos. Que somos capaces de vivir nuestros sueños y ayudar a otros a conseguir su felicidad. Jordy González.

El Poder de las Emociones

En la búsqueda de una mejor vida, es común mirar afuera deseando encontrar "algo" milagroso que cambie nuestras condiciones inmediatamente. Y es precisamente en ese proceso de centrarnos en lo exterior, que generalmente obviamos una herramienta poderosa para el cambio que llevamos dentro. Esta herramienta son nuestras Emociones.
Nuestras emociones son un agente poderoso para el cambio, usadas constructivamente pueden impulsarnos a crear cambios beneficiosos en nuestras vidas, que a su vez repercutan positivamente en nuestra calidad de vida, y en hacer realidad la vida que deseamos vivir.
Podemos considerar a las emociones el combustible, y a la mente el piloto de nuestra personalidad, empleando ambas inteligentemente, podemos dirigir el vehículo que es nuestro cuerpo para conducirnos hacia el éxito.
Existen básicamente cuatro emociones que potencialmente pueden impulsarnos a la acción que resulte en cambios positivos para nuestra vida. Si permitimos que alguna, o la combinación de varias, de estas emociones nos guíen, podríamos estar a un paso de darle un vuelco a nuestras vidas.
Disgusto.
Aunque generalmente no se relaciona el disgusto con acciones positivas, si lo canalizamos apropiadamente, el disgusto puede estimularnos a cambiar nuestras vidas.
La persona que se siente disgustada ha alcanzado un punto en el que no hay vuelta atrás. Su tolerancia alcanzó el límite, y no se contenta con algo menos que un cambio, un cambio para mejor.
Generalmente empleamos el disgusto de manera productiva cuando llegamos al punto en el que sentimos que "¡Ya es suficiente!" , y entonces decidimos que queremos un estilo de vida más gratificante.
Decisión.
Generalmente esperamos a que la vida nos empuje contra la pared para tomar decisiones. Y una vez que alcanzamos este punto, nos toca manejar las emociones contrastantes relacionadas con la toma de decisiones.
Este punto equivale a encontrarse con un distribuidor en una autopista, podemos tener uno, dos tres o hasta cuatro o más diferentes caminos para escoger. De allí lo complejo del proceso de toma de decisiones, y la cantidad de emociones potencialmente conflictivas que nos toca manejar.
Desde el punto de vista de las emociones, tomar decisiones que involucran cambios en nuestras vidas puede ser parecido a una lucha interior por la supremacía de nuestra mente. Y las decisiones resultantes, tímidas o arriesgadas, maduradas o impulsivas, pueden establecer el curso de acción, o cegarlo.
En el proceso de toma de decisiones, lo importante es aventurarnos por algunas de las opciones que se nos presentan disponibles. Es mucho mejor tomar una mala decisión ahora que puede mejorarse o corregirse después, que quedarse paralizado en la intersección.
A cada uno de nosotros nos toca, llegado el momento de decidir, confrontar nuestro torbellino de emociones, y sortear nuestros sentimientos para conectarnos con la motivación.
Motivación.
Con respecto de la motivación es importante recordar que es un poder interno que puede ser estimulado por factores externos.
Otra persona, o cosa, no puede motivarle, lo más que puede hacer es estimularle, y desde ese estimulo, usted puede conectarse con su motivación interna.
Comprendido esto, es fácil entender que casi cualquier cosa puede servirnos como estimulo para conectar con nuestra motivación si estamos preparados y dispuestos a recibirlo.
Una canción que evoque recuerdos, una película que haga volar la imaginación, una conversación que nos rete, una confrontación en el tráfico que nos haga cuestionarnos, un artículo que nos inspire, un libro que nos haga reflexionar, cualquiera de estos puede ser un estimulo que nos conecte con el mecanismo interno que nos motive a decir "¡Lo quiero Ya! Y a actuar en consecuencia para lograrlo.
Mientras encontramos ese botón interno que encienda la motivación pura, démosle la Bienvenida en nuestras vidas a cada experiencia positiva que podamos experimentar.
Si erigimos una pared para protegernos , esa misma pared nos alejará de las experiencias enriquecedoras que la vida tiene para ofrecernos. Permita que la vida le toque, el próximo roce puede ser el que le estimule a cambiar su vida para mejor tomando una resolución.

Resolución.
Cuando logramos una resolución, resolvemos de manera definitiva cualquier conflicto que pudiera existir antes, y sentimos el poder de lograr lo que nos proponemos.
Lograr una resolución es el desenlace natural del proceso que plantea este artÍculo. Desde la resolución nos conectamos con nuestro poder interno, y entonces sentimos que podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos.
Nos sentimos poderosos, sentimos que cualquier cosa está a nuestro alcance, y reconocemos nuestros recursos (principalmente internos) con que contamos para hacerlo realidad.
Cuando alguien está realmente resulto de lograr lo que se propone, nada puede detenerlo. Y eso es debido a que una persona que ha logrado una resolución, paralelamente se ha prometido a si misma que nunca se rendirá hasta lograr lo que ha resuelto alcanzar.
Ese es el poder de conectarnos con nuestro ser interno.

Resultados.
Al canalizar apropiadamente nuestras energías, nos colocamos en la ventajosa posición de emplearlas para nuestro provecho, explotando su potencial a nuestro favor, mientras avanzamos hacia la vida que deseamos y merecemos vivir.
A medida que avanzamos y surge la pregunta ¿Cuánto tiempo voy a dedicarme a hacer realidad mis sueños?, la mejor respuesta que podemos dar es:
"¡Tanto como sea necesario!"
¡Que Disfruten de sus Emociones!
Extraido de la Web

Inteligencia Espiritual

Espiritualidad nada tiene que ver con la intelectualidad de altos vuelos, con el idealismo, con una orientación ética de la mente, con austeridad, con la pureza moral ni con la religiosidad, ni tampoco con una ferviente y enaltecido fervor emocional. La espiritualidad es, esencialmente, el despertar a la realidad interior de nuestro ser, el despertar a un espíritu y/o alma, que es distinta a nuestra mente, a nuestra vida y a nuestro cuerpo.

¿De donde venimos? ¿Hacia donde voy? ¿Cual grande es la historia de la que hacemos parte? ¿Cual es nuestro origen? ¿Estamos solos en este universo tan infinito? ¿Cuánto hace que existimos? ¿Cuál es la fuente de la inteligencia humana? ¿Por que tendemos muchas veces hacer preguntas como estas? ¿Por que y para que estamos aquí? ¿Existe DIOS? ¿Hay vida después de la muerte? ¿Adonde vamos cuando se muere? ¿Por qué le tememos tanto a la vida si nuestro único propósito es encontrar la felicidad? ¿Por qué complicarnos tanto la vida sumergiéndonos en situaciones y sensaciones que nos llevan directamente al dolor? Si usted es una de aquellas personas que en algún momento de su vida se ha cuestionado con este tipo de preguntas sin encontrar respuestas concretas entonces lo invito a que me acompañe a este gran encuentro con usted mismo donde usted decide las respuestas y genera sus conclusiones.

Actualmente toda la psicología occidental se basa en dos procesos;uno desarrollado por sigmund freud en el siglo XX que mide el CI o inteligencia racional que se encarga de resolver nuestros problemas lógicos y estratégicos, luego en los años 90 aparece Daniel Goleman mostrando la existencia de la IE inteligencia emocional aquella que nos hace concientes de los sentimientos propios y de los demás, produce empatía compasión, motivación y la capacidad de responder apropiadamente al dolor o al placer. Ahora a principios de este nuevo milenio, una gran cantidad de información científica nos muestra el nacimiento de una nueva inteligencia la IES inteligencia espiritual con que afrontamos y resolvemos problemas de significado y valores, la inteligencia con que podemos poner todos nuestros actos en un contexto mas inmenso mas significativo enriquecedor, inteligencia con que yo puedo determinar el rumbo de mi vida, determinar sabiamente que es lo mejor para mi, la inteligencia que te lleva hasta el centro de ti mismo permitiéndote conocerte cada día y entrando entonces al sinfín del aprendizaje continuo sobre vos mismo y la evolución constante del universo, encontrando así razones validas para hacer tu paso por este mundo una forma mas placentera y tranquila aceptando el venir de cada día con amor propio, esta es nuestra inteligencia primordial que permite manejar nuestras otras inteligencias con eficaz funcionamiento. Entonces si logramos desarrollar la visión y comprensión de la realidad trascendental mediante el autoconocimiento o mejor lo llamaríamos conciencia de uno mismo y/o interior aumentarían las aptitudes para generar compasión, amor incondicional por lo demás, poniendo en práctica la sabiduría espiritual en todas nuestras relaciones mediante un comportamiento impecable y coherente ante nuestras palabras.

Hablar de espiritualidad no es hablar de religiosidad muchas veces confundimos estos términos, muchas personas tienen más experiencias espirituales fuera de las instituciones religiosas que dentro de ellas, la religión es como un conjunto de reglas, creencias y jerarquías, esta es adoptada por cada persona a través de la familia y la tradición. Cuando desarrollamos inteligencia espiritual descubrimos que esta es la inteligencia que cura y nos hace completos pues muchos vivimos vidas con supuestos vacíos, con demasiadas heridas del pasado que se encuentran abiertas aquellas que por largos periodos de tiempo hemos traído acuestas y rara ves decidimos enfrentar y superar; situaciones pasadas que no permiten nuestra trascendencia y adoptar un nuevo venir de los días con amor.