jueves, 6 de mayo de 2010

No lastimes

No lastimes, compañero,

a quien se cruza en tu viaje…

-ni aún al más inoportuno-,

¡porque todos somos Uno,

aunque usemos otro traje!

No lastimes con tu roce,

como planta venenosa…;

en la calle…, en la oficina…:

¿por qué repartir espinas…

pudiendo repartir rosas…?

No lastimes con tu ausencia

-cuando estás…¡pero no estás!-…,

porque es un recurso artero

ignorar al compañero

para empañarle su paz…

No lastimes con tu lengua

como una espada ficticia;

al transitar tu jornada…

¿por qué andar dando estocadas…,

pudiendo ir dando caricias…?

No lastimes con tus gestos

duros cual puño cerrado…

¿no ves que de forma cierta,

la mano –cuando está abierta-,

lo hace más bueno al de al lado?

No lastimes con tu mente…,

que a veces el pensamiento

daña más que un bofetón…,

¡cuando lleno de aversión,

viaja en las alas del viento…!

No lastimes con tu sombra…:

busca en ti esa lucecita,

que aunque alumbre débilmente,

de a momentos…, fugazmente…,

¡tu vida la necesita…!

¡Ah…, compañero de viaje,

que lastimas porque si…!

¿¡Tanto te cuesta entender,

que con ese proceder…

te estás lastimando a ti…?!

Jorge