Sabemos que el apego es un obstáculo que
todos tendremos que superar algún día. Surge cuando no comprendemos el
lado interno de la vida, cuando no estamos en contacto con la esencia de
las cosas y nos habituamos a la forma externa y nos apegamos a ella.
A muchos de nosotros nos gustaría ser más
desapegados. Pero, ¿cómo hacerlo? ¿Cómo encontrar la esencia de las
cosas y cómo impedir que seamos atrapados por las apariencias?
Tenemos
muchos vicios de pensamiento y muchos hábitos de lenguaje, y llegamos a
decir cosas que si las pensáramos mejor, veríamos que no corresponden a
la realidad.
Decimos por ejemplo:
“Aquella especie de pájaros desapareció”; o: “Aquel hombre murió”.
Realmente es un engaño decir que las cosas acaban o mueren, ya que no es
eso lo que de hecho sucede. En realidad, es la esencia de las cosas que
transmigra, dejando una forma y tomando otra. Por lo tanto, nada acabó
cuando una especie de pájaros deja de ser vista en el plano físico. Y
nada acabó cuando se dice impropiamente que una persona murió. Nada se
pierde, todo evoluciona.
Estar consciente de esto es el primer paso
para desapegarnos de las formas externas y concretas. Luego nos
desapegaremos de cosas más sutiles, como por ejemplo, las afectivas.
La
vida puede llevarnos a cambiar de actividad externa varias veces.
Nuestra intención de servir y de mejorar, y no la forma externa de las
actividades, es el hilo que las puede interconectar. Esto nos da además
la impresión de coherencia y armonía, y no de percances y contrastes.
Si consideramos los cambios como hechos
incómodos, las transformaciones pueden parecernos drásticas. Sin
embargo, no hay ninguna diferencia entre las distintas actividades
cuando las realizamos con el mismo espíritu. Lo importante es el
espíritu con el que se hacen las cosas y no tanto aquello que se hace.
La cura de los apegos soluciona los más diversos problemas.
Nos permite encontrar respuesta a muchas
preguntas: ¿Cómo hallar la esencia de las cosas? ¿Cómo hago para
desapegarme de una idea? ¿Cómo hago para desapegarme de mi actual manera
de ser? ¿Cómo hago para liberarme de lo que me aprisiona? ¿Cómo hago
para trascender mis defectos? ¿Cómo hago con esa enfermedad que los
médicos no saben tratar? ¿Cómo hago para llenar el vacío que siento en
mi vida?
Sólo hay una respuesta para todas esas
preguntas: ir al interior del corazón, para dentro del propio ser. Allá
la consciencia del alma, que es universal, nos aguarda desde siempre. Es
en el corazón donde se curan los apegos, porque allí está la esencia de
todo. Allí, nada nos falta.
Desconozco su autor.
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