¿Y si nos han estado engañando con
los supuestos efectos milagrosos de la soja en la lucha contra
prácticamente cualquier enfermedad? ¿Es posible que todo sea el efecto
de la mayor campaña publicitaria a nivel mundial que se ha realizado
hasta la fecha para promocionar un producto? ¿Por qué no han salido a la
luz los numerosos estudios que demuestran que la soja provoca
malnutrición, problemas digestivos, debilitamiento del sistema
inmunológico, problemas de tiroides, declive cognitivo, problemas de
reproducción e infertilidad, y aumentan el riesgo de cáncer y
enfermedades coronarias?
La soja sin fermentar (leche de
soja, tofu, proteína de soja...) inhibe la enzima tripsina necesaria
para digerir las proteínas, y el ácido fitico que contiene dificulta el
metabolismo de los minerales. Aunque sin duda, el problema principal de
la soja es su alto contenido en isoflavonas, fitoestrógenos que actúan
como hormonas sexuales.
Aunque no consumamos soja
directamente, la soja se esconde detrás de la mayoría de los alimentos
procesados bajo la denominación de proteína, aceites y grasas vegetales,
emulgentes (lecitina-E322), mono y diglicéridos de ácidos grasos
(E471). Por otro lado, la mayoría del ganado se alimenta con pienso a
base de soja, dado su bajo coste.
La mayoría de la soja que se comercializa, excepto la procedente de cultivos ecológicos, es transgénica
- Si piensas quedarte embarazada evita la SOJA. La soja produce infertilidad. Incluso pequeñas dosis del compuesto en el tracto femenino podría
destruir el esperma, imposibilitando la concepción. - Huye de la SOJA
durante el embarazo Los estrógenos de las plantas, como los encontrados
en la soja, tienen profundos efectos perjudiciales sobre el desarrollo del feto. La exposición a químicos estrogénicos durante el embarazo o
durante la infancia tiene el potencial de afectar negativamente la
fertilidad de las mujeres al llegar a su edad adulta, y aumenta el
riesgo de cáncer de mama. - No alimentes a tu bebé con fórmulas
derivadas de la SOJA Si alimentas a tu bebé con fórmula de soja es como
si les dieras de cuatro a cinco píldoras anticonceptivas de estrógeno
todos los días. Los bebés alimentados con fórmula de soja tienen hasta
20.000 veces la cantidad de estrógeno en circulación, comparados con
bebés alimentados con otras fórmulas. Aparte de los disruptores
endocrinos nocivos, la formula de soja puede contener niveles potencialmente peligrosos de aluminio y
manganeso: 1.000% más de aluminio que las fórmulas convencionales a
base de leche y 80 veces más manganeso que la leche materna. Ambos
metales disminuyen el coeficiente intelectual. También pueden causar
daño cerebral en los bebés y comportamientos alterados en adolescentes.
Vamos a hablar de lo que ingerimos
cada vez que consumimos algún alimento que contenga soja o sus
derivados. Es necesario aclarar que casi todo lo que comemos hoy en día
tiene soja, desde los embutidos, los fiambres, el cacao, las golosinas,
los helados, los postrecitos, flancitos y yogures, las harinas
enriquecidas con soja, los aceites, casi todo.
La soja es una de los cultivos más
antiguos de la humanidad, originario del sudeste asiático, llega a
nuestro país en la década de los 70 con el objeto de incorporar
nitrógeno a los suelos, por ser una leguminosa, y para que participe en
la rotación agrícola-ganadera muy común en esos tiempos en que se hacía
4-5 años de pasturas o praderas naturales y 2-3 años alternando maíz,
trigo y soja.
A partir de 1996, año en que se
aprueba liberar al ambiente la soja transgénica, pasa a ser
inmediatamente el cultivo principal del país, y se transforma en un
monocultivo, y en lugar de aportar nitrógeno a los suelos, como lo hace
cualquier leguminosa, se ha constituido en la principal causa de pérdida
de nutrientes y de fertilidad de nuestras tierras. Quienes apostaron a
la soja la presentan como una fuente de proteínas tan importante que es
capaz de reemplazar las proteínas de la carne, de la leche, de los
huevos, de cualquier otra proteína. Aseguran que además es barata (50
centavos el kilo). Por esta razón los grandes productores la
distribuyeron en los comedores infantiles cuando estalló la crisis del
2001, cuando los alimentos se volvieron inalcanzables para los niveles
de ingresos de la mayoría de la población, y sobre todo para los
desocupados.
¿Pero esto es exactamente así?
Veamos: en un documento de trabajo
publicado en el año 2002 por "Presidencia de la Nación" y el Consejo
Nacional de Coordinación de Políticas Sociales de nuestro país se
comenta que la inclusión de la soja en la alimentación, como complemento
fue útil en países con baja producción de alimentos y cuya dieta era
basada en maíz y arroz. En cambio, en Argentina, un país donde se
producen muchísimos alimentos, y que además tiene la mayor tasa de
ingesta de proteínas de origen animal de toda Latinoamérica (64 grs.
/hab. por día), la soja no ofrece ninguna ventaja como sustituto, afirma
tal documento. Pero además, en cuanto a la proteína de la soja, tan
alabada por los intereses sojeros, ese mismo trabajo, elaborado también
por el Ministerio de Salud de la Nación, sostiene que es cierto que el
poroto en cuestión tiene buen contenido proteico, comparado con otras
leguminosas, pero que siempre su aprovechamiento o asimilación, por
parte del organismo humano, es mucho menor al de la proteína animal, que
consumimos con la carne, con la leche o con los huevos. La FAO,
organización mundial de alimentos, dice que si a la proteína del huevo
le damos un valor de 100, a la de la soja hay que darle un valor de 49, o
sea menos de la mitad. Las proteínas de la leche de vaca, también es
siempre mejor asimilada que la de soja. Es cierto que la proteína de
soja contiene todos los aminoácidos esenciales para el ser humano
adulto, se destaca por la alta cantidad de lisina, pero es deficiente en
aminoácidos esenciales azufrados como la metionina y la cisteína.
Su aprovechamiento en el organismo
es inferior, siempre, al de las proteínas de origen animal,
especialmente en las etapas de crecimiento, es decir en la etapa
preescolar y escolar. Nunca podrá reemplazar a la carne, porque el
hierro contenido en la soja posee muy baja disponibilidad, a diferencia
del hierro que contienen nuestras carnes, en especial, las producidas a
pasto. Tampoco se puede reemplazar la leche de vaca y sus derivados, con
el jugo de soja, dado el bajo contenido de éste, de calcio, fósforo y
vitamina A, la relación de calcio y fósforo es desbalanceada, y de muy
pobre aprovechamiento.
En resumen, nunca la proteína de
soja puede reemplazar a otras proteínas, de la carne, de la leche, de
los huevos, del pescado; a las proteínas que nuestro país puede producir
en cantidad suficiente como para alimentar dignamente a toda su
población, y además exportar, por ser un territorio privilegiado en
cuanto a climas, extensión y suelos. Tampoco podemos producir soja para
darle de comer a nuestros niños mal alimentados, por lo ya dicho de la
dificultad de asimilación, y que puede provocar daños irreparables.
Y vale aclarar que si bien la soja
tiene proteínas, éstas no son fácilmente asimilables, sobre todo por los
niños. El tan meneado poroto contiene factores tóxicos o anti
nutrientes que limitan la absorción de una serie de nutrientes
reduciendo en más de un 50% su valor nutritivo, y provocando entre otras
cosas, efectos digestivos desagradables. Esto está descrito en aquel
comentado documento de trabajo, dentro de los factores tóxicos que están
siempre en la soja o en los alimentos que contienen soja, se pueden
mencionar a:
-los inhibidores de la tripsina:
son sustancias que interfieren en la digestión de las proteínas en el
intestino, disminuyendo, no sólo de las proteínas de la soja, sino de
las proteínas de cualquier otro alimento que se ingiera junto con la
ella.
-otros factores tóxicos son los
fitatos, sustancia que se encuentra en el revestimiento externo del
grano, y que se une fuertemente a las proteínas dificultando su
absorción, y también interfiriendo en la absorción de minerales claves
como el hierro, el zinc, el calcio, el magnesio el cobre, limitando su
utilidad biológica.
-otro factor tóxico es un grupo de
azúcares llamados oligo sacáridos (estaquiosa y rafinosa), presentes en
la soja pero que no pueden ser digeridos por el organismo, y entonces
son consumidos por bacterias del intestino humano, produciendo gran
cantidad de gases, o como dice un informe sobre el tema, realizado por
la Comisión de Alimentos del Reino Unido: flatulencias intestinales.
-finalmente existe otro grupo de
factores tóxicos muy estudiados, que son las isoflavonas, estas
sustancias son fitoestrógenos que se encuentran en forma natural en el
grano de soja. Actúan como hormonas sexuales que inciden en los ciclos y
en el desarrollo reproductivo, provocando en las niñas menarcas
precoces y adelantos de los eventos puberales; aumento de tamaño en los
órganos de la reproducción, y tantas otras cosas que ya registran a
menudo los médicos del Hospital Nacional de Pediatría Dr. Garraham.
Javiera Rulli, ecologista
especializada en los perjuicios que causa la soja en niñas y
embarazadas, afirma que cuando se alimenta a chicos desnutridos con soja
como única fuente de proteína, ingieren un equivalente a dos pastillas
anticonceptivas diarias. También se sabe que las isoflavonas actúan
sobre la glándula tiroides, provocando enormes trastornos. Además, la
soja tiene mucha fibra, que si bien puede ser beneficiosa para la salud,
existen situaciones donde hay que tener cuidado, como con las
enfermedades inflamatorias intestinales y cuadros de malnutrición. Por
todas estas causas, la Sociedad Argentina de Pediatría, en el año 2001
desaconseja la utilización de soja en la alimentación de niños menores
de cinco años, y está contraindicada para menores de dos años.
Finalmente, para adultos, se aconseja usarla solo como complemento de
una alimentación completa y variada, nunca como sustituto de ninguna
proteína, y en una cantidad que no supere los 25 gramos por porción y
hasta dos veces por semana.
Y a todo esto que se comenta aquí
hay que agregarle toda la carga de agro tóxicos que son aplicados en la
producción de la planta de soja, y que acompañarán al grano en toda su
trayectoria. Y hay todavía algo más, toda o casi toda la soja que se
consume en este país, es transgénica, por lo tanto, hay que sumarle
todas las dudas y los riesgos de comer un organismo artificial como es
la soja transgénica. Quedan otras dudas, los problemas de alergias que
se han reportado, problemas de cáncer de mamas. Recomendamos que cuando
lean que un alimento tiene como ingrediente lecitina de soja, que es la
proteína de soja, recuerden lo aquí expresado y busquen otras fuentes de
proteínas. Todavía se pueden consumir leguminosas que nos aportan
nutrientes naturales y proteínas sin riesgos, tales como las arvejas o
las lentejas, carne de animales alimentados a pasto, huevos, leche y sus
derivados. www.ecoportal.net
Fuentes de información: *Documento
de Trabajo elaborado en el año 2002 por Presidencia de la Nación,
Concejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales y Ministerio de
Salud y Ambiente. *Documento elaborado por la Comisión de Alimentos del
Reino Unido (l999) *Sociedad Argentina de Pediatría (informe 2001)
* Ingeniero Agrónomo Gabriel Arisnabarreta Grupo Ecos del Saladillo
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