La
felicidad, como todo concepto, es imposible de abarcar o definir para
satisfacción de todos. Cada cual tiene su acepción propia, su idea
íntima, la interpretación que más le acomoda.
¿Qué puede ser la felicidad? Seguro
que, aunque cada cual tenga su idea de lo que es ser feliz, todo
coincidirán en lo básico: es un estado de ánimo, una vibración, en
realidad algo que ya se nos presupone de por sí y que lo material sólo
nos puede recordar que ya tenemos. Si basamos nuestra dicha en un coche o
en una casa, estamos dando fuerza a la desgracia que, claramente,
implicará su pérdida. Luego si eres feliz, lo serás por añadidura con lo
material. En caso contrario, en cuanto te canses de tus juguetes,
volverás a recordar cuán desgraciado eres. Por lo tanto, perseguir la
felicidad, como la libertad, el amor o la paz es pretender escaparse de
lo que uno verdaderamente puede hacer en el día a día para que sea ese
estado sea el que nos alcance a nosotros: poco a poco, descubriéndonos y
conociéndonos a nosotros mismos, nos daremos cuenta de que no hay nada
fuera que no esté ya dentro. Si en el mundo hay guerra y despropósito,
es que dentro de uno también lo hay. Termina con tu batalla interior y
ayudarás que en el mundo haya menos guerra.
Por lo tanto, si no es
posible alcanzar ningún estado, ¿cómo sintonizar con él? A esta
pregunta nuevamente cada cual habrá de responder para sí aquello que le
acomode: ningún libro, maestro ni escuela serán sinceros si tratan de
darte las coordenadas para tu GPS. Propondremos 8 caminos que no
convienen transcurrir si es esto lo que deseas: la felicidad siendo
quien eres y teniendo lo que tienes.
◦No deposites esperanzas en el pasado ni en la estúpida creencia de que sólo allí pudiste ser feliz: estás desperdiciando increíbles oportunidades del presente, lugar que habitarás durante el resto de tu vida, para comenzar de nuevo, para ser feliz.
◦No te aferres, no intentes detener el paso del tiempo
ni finjas que algo no terminó cuando de hecho ya sucedió. Nada dura
para siempre, ni lo bueno ni tampoco lo malo: si fundamentas tu
felicidad en algo material, sea una empresa, tu pareja, los hijos, un
coche,… estarás dando fuerza a que, una vez no estén a tu cargo, seas un
completo desgraciado.
◦No te refugies en la cabeza planeando y
maquinando continuamente qué es lo que te hace feliz: estás dejando de
lado el terreno de los afectos, del gozo de vivir, de sentir. Todos
aquellos que estuvieron al borde de la muerte y regresaron coinciden en
lo mismo: aquello que recordaron mientras se iban es lo mismo que
aquello que cuidan cuando regresan: mosaicos hechos de pequeños momentos
que se compartían con los seres más queridos y que ahora vuelven a
cotizar. Jamás nadie recordó la última nómina ni la última letra de la
hipoteca.
◦No postergues ninguna decisión, no temas vivir como
un principiante, no desprecies el don que te fue dado. Si te traicionas a
ti mismo, traicionarás las posibilidades que te fueron confiadas para
ser feliz. Basta con muy poco. En realidad casi con nada. Como dicen los
taoístas: quien mucho acumula, sufrirá grandes pérdidas.
◦No
desoigas tu intuición y trata de satisfacer tus deseos en la medida que
puedas, o no los aumentes si sabes que no los has de poder colmar.
Sentirse desgraciado es sentirse insatisfecho, puede que seamos
responsables de ello si nos proponemos metas imposibles que,
sospechosamente, se parecen demasiado a las del vecino y no a las
genuinamente nuestras.
◦Si permaneces siempre activo, si te dejas
llevar por la vorágine de los acontecimientos, cabalgarás todo el tiempo
encima de un tigre loco que parará cuando él quiera, sin tu poder
decidir el momento. Cultiva el arte de estar en ti mismo, de sentir el
cuerpo, sea a través de la meditación o del deporte.
◦Si cierras
toda posibilidad a que lo nuevo llegue, incluso si petrificas tu
concepto de la felicidad y no lo dejas fluir, estarás condenado al
dolor. Los conceptos cambian con nosotros, con nuestras vivencias y
nuestras experiencias. Si no puedes, al menos finge aceptar el cambio.
Por la imitación, decían en la Edad Media, también se llega a la
santidad. Imita tu mejor yo, y personaje y actor devendrán uno.
◦Partiendo
de la base de querer tener éxito en todo lo que se emprenda, incluido
el deseo de ser feliz, nuevamente estaremos vertiendo energía al aspecto
opuesto: el fracaso, que será la sombra que nos acechará. Todos
buscamos lo mismo: el verdadero logro es reconocer en el otro nuestra
oportunidad de ser ya felices, de reencontrar ese estado de ánimo, y de
vibrar tan alto como podamos con él.
No se trata de tener, sino de ser mientras se tiene.
No se trata de alcanzar, sino de darse cuenta de que ya se ha logrado.
No se trata de ganar, sino de darse cuenta de que no se compite.
Algún
día lograrás aquello que siempre deseaste, estoy seguro, y te darás
cuenta de que, mientras lo esperabas, vivías en la excusa de no sentirte
feliz cuando en realidad ya podías vivirte como tal: el momento es
ahora.
Quizá te suene duro, pero en este preciso instante, ya lo tienes todo para SER feliz.
Luis Miguel Andrés
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