Querido Dios y seres
de luz: hoy suelto lo que no corresponde a mi presente. Me perdono por haberlo
retenido más del tiempo necesario. He decidido que ya no quiero aprender más
desde el dolor y el drama. De ahora en adelante elijo al amor en todas mis
experiencias. Por mi libre albedrío, recupero mi libertad y te libero
(pronunciar el nombre del evento o persona). No me aprisiono más ni lo hago
contigo. Hecho está
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